
Hola a todos, Quería dar una humilde opinión intentando aportar al debate acerca de la presentación de resultados de la empresa.
Las características de una empresa como Mirgor, su modelo de negocios y, sobre todo, el contexto macroeconómico en que se desenvuelve, generan una serie de inconvenientes tanto a la hora de cuantificar la creación real de valor economico a lo largo de un ejercicio o periodo, como al momento de determinar métricas e indicadores financieros que se ajusten a la realidad de la compañía, a la luz de la normativa contable actual.
Por supuesto que no se trata de un problema reciente, ya que los inconvenientes en la interpretación de los resultados vienen de larga data, y hasta incluso en trimestres donde los resultados y margenes presentados fueron recibidos con beneplácito por los inversores. Tampoco creo que se trate de la única cotizante en la que resulta complejo medir su evolución económica a través de la contabilidad financiera, tal y como se encuentra actualmente normada.
Mirgor es una empresa industrial instalada en la provincia de Tierra del Fuego, que se dedica a la actividad de producción de equipos electrónicos, principalmente celulares, TV, y equipos de electrónica automotriz. Compra sus insumos (que representan el 85% de su costo de producción) en dólares estadounidenses y factura los productos terminados en esa misma moneda.
En línea con la dinámica del proceso productivo y dependiendo de su estrategia comercial y financiera, mantiene determinados niveles de inventarios, los cuales representan la principal inversión en capital de trabajo. Estos inventarios de insumos y productos terminados se encuentran dolarizados (las características de los acuerdos comerciales con Samsung y otros clientes permiten asegurar que su valor recuperable esta nominado en esa moneda) y como contrapartida, la compañía sostiene niveles variables de deuda comercial sin costo, que le permite financiar los recursos inmovilizados.
Aquí aparece la primera de las dificultades en materia de VALUACION contable. La NIC 2 referida a valuación de inventarios, establece la obligatoriedad de valuar las materias primas y productos terminados con destino de comercialización a su costo histórico, es decir al costo de importación en pesos argentinos (a TC de la fecha de cada operacion). Por el otro lado, las normas internacionales exigen que los pasivos en Moneda Extranjera sean convertidos a pesos al TC de la fecha de cierre de ejercicio, reconociendo las diferencias de cambio como perdidas en el resultado del periodo.
Las NIIF fueron pensadas para economías estables. Es fácil ver el problema que esto genera en una economía tan volátil como la argentina. En periodos de fuertes oscilaciones en el Tipo de Cambio, las deudas comerciales se revalúan impactando los resultados, pero su contrapartida, el activo contra el cual la deuda se encuentra calzada, se mantiene en pesos históricos, sin posibilidad de registrar la ganancia por revaluación. Claro que esto redunda en que cuando esta mercadería pesificada se comercializa efectivamente (a TC mas altos) la ganancia bruta se magnifica (en forma distorsiva), compensando las perdidas registradas en el/los periodo/s anterior/es. En resumen, la normativa actual para valuación de inventarios genera grandes distorsiones en la cuantificación del margen bruto y de los resultados financieros y un problema grave de asignación de resultados a periodos.
Con motivo del contexto inflacionario en el que se desenvuelve la economía argentina y el cumplimento de los parámetros requeridos, la CNV dispuso la puesta en vigencia a partir de los cierres contables 31/12, de la NIC 29: Ajuste por inflación contable. En efecto, con esta norma se busca homogeneizar la moneda y mitigar los efectos nocivos que la inflación genera sobre la UNIDAD DE MEDIDA.
En líneas generales el ajuste es muy positivo para dotar a la información financiera de mayor utilidad y veracidad. Pero nuevamente aquí se nos genera un inconveniente, dadas las características del negocio antes mencionadas. Mirgor compra y vende en dólares. Es su moneda funcional, ya que determina mas del 85% de sus operaciones. Sin embargo registra en pesos argentinos, ahora ajustados por inflación. El problema aquí surge cuando la tasa de inflación y la tasa de devaluación tienen divergencias significativas y viene dado por los distintos niveles de Tipo de Cambio Real, siempre hablando del corto plazo:
Supongamos que la empresa adquirió inventarios en el mes de Septiembre de 2018 a un dólar de $41 y los vende en este primer trimestre de 2019 a un dólar promedio de 39. La empresa vende en dólares con un margen de ganancia que determina su utilidad bruta (en el orden del 15% sobre ventas). Compro por USD 100, vende por USD115 y se apropia de un margen de USD15. Ahora vamos a la contabilidad. Como estamos en un contexto de AxI, las ventas deben ajustarse en pesos desde su concreción (supongamos 4% de infla promedio) y los costos desde la fecha de compra de los insumos (supongamos 25% desde Septiembre). Entonces, la contabilidad registrara ventas por $4.664 (115 x 39 x 1,04) y un costo de $5.125 (100 x 41 x 1,25). Lo que en la realidad fue una ganancia bruta del 15% sobre ventas en dólares, se transformo en una perdida de casi el 10% sobre ventas en pesos.
Las empresas cotizantes argentinas deben obligatoriamente presentar sus estados financieros en pesos argentinos (ahora, ajustados por inflación). Asi lo dispuso la CNV al momento de adoptar las normas internacionales de información financiera. Bajo esta regulación, no pueden incluir ni siquiera en la información complementaria, cifras en pesos históricos o en otra moneda distinta a la nacional.
Pero nada impide la presentación de información separada en la moneda funcional realla empresa (dólar), la que determina sus operaciones y mediante la cual se puede visualizar mas cabalmente la evolución del negocio. Permitiría al Managment exponer mejor la generación de riqueza y las mejoras operativas y financieras. Permitiría a los inversores actuales y potenciales evaluar correctamente,sin tantas distorsiones, la marcha real de la empresa. En definitiva, seria una buena contribución en la relación de agencia que beneficiaria a ambas partes interesadas.