En nuestro último informe semanal presentamos un panorama sobre los dos escenarios macro del 2021. Aunque la incertidumbre sigue siendo muy elevada, esta semana hubo algunas señales que nos hacen inclinar muy en el margen hacia el escenario “Status quo”: compra de reservas en cantidad, mejora climática, suba de precios de la soja, y la idea de congelar precios estacionales de la energía.
-Dedicamos el reporte de esta semana a retomar un punto tan interesante como polémico de nuestra visión 2021: la reaparición de la política monetaria. Decíamos que, por una razón u otra, el BCRA deberá recuperar el protagonismo en cualquiera de los escenarios y, por lo tanto, debemos esperar mayores tasas de interés reales. Para el escenario de un programa FMI “clásico”, la proyección de suba de tasas no presenta demasiados cuestionamientos, pero en el “Status quo”, donde los ajustes se dilatan de cara a la elección legislativa, el incremento en el costo del dinero es una expectativa mucho más debatible. Aun así, creemos que hay un caso para sostener este punto .
-El Gobierno podría ir a un esquema de tasa real positiva sin que ello implique una situación insostenible para el balance del BCRA, aunque será clave que la dominancia fiscal no supere el 3,0% del PBI. El objetivo de endurecer la política monetaria es aumentar el costo de oportunidad de desprenderse de pesos, es decir, de comprar tipo de cambio. 2020 es un claro ejemplo: cuando la tasa se volvió negativa, la brecha se amplió y el BCRA tuvo que vender dólares. La opinión del FMI al respecto es sabida: ve con buenos ojos una política monetaria restrictiva para fortalecer la demanda de moneda local y contener las presiones cambiarias e inflacionarias.
-La opinión del Gobierno es más ambigua. Por un lado, no creemos que Guzmán se oponga a una política monetaria más contractiva per se, sino porque puede volver insostenible el balance del BCRA. Pero, como vimos, hay margen. El principal escollo es la política. Es entendible que resulte difícil pensar en una suba de tasas en un año electoral luego de una pandemia que dejó los niveles de pobreza cerca del 45%. Pero la necesidad tiene cara de hereje: si la brecha se mantiene elevada (o se amplía), el agro no liquida y los importadores adelantan sus compras, la suba de tasas puede parecer un mal menor frente a una devaluación del tipo de cambio oficial o frenar virtualmente a cero todas las importaciones.
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Encima que no ingresa dinero, los Cedears para arriba y aumento de tasas en gatera...a donde iremos a parar si se apaga Balderrama
