LA CAUSA DEL AGUJERO FISCAL
Los subsidios, un gran lastre para el que viene
24/03/2015 01:10 En la última década, las transferencias de dinero al sector privado para mantener bajo el precio de la energía y el transporte crecieron 64 veces. Marcelo Bátiz /
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En muchos casos, los subsidios a la energía fueron a parar a sectores que no los necesitaban, como los de ingresos medios y altos, y no a los más pobres.
El sector público nacional arrastra un déficit creciente en los últimos seis años, a pesar de computar transferencias cada vez mayores del sistema previsional y del Banco Central.
Pero ese déficit financiero, que acumula entre 2009 y 2014 -544 mil millones de pesos a valores corrientes-, podría transformarse en un superávit de 89 mil millones si se hubieran eliminado los subsidios a distintos sectores económicos, principalmente al energético y al de transporte.
La eliminación de los subsidios hubiera sido en 2005 un trámite sencillo: representaban $ 3.479 millones de pesos, apenas el 2,9 por ciento de todos los ingresos tributarios del año. Nadie lo habría percibido, si se tiene en cuenta que esa suma equivalía a menos de un peso diario en promedio para cada familia del país.
La decisión de los gobiernos de Néstor Kirchner y su sucesora Cristina Fernández fue en dirección contraria y, más allá de los intentos de "sintonía fina" de fines de 2011, los subsidios no pararon de crecer:
-En 2006 llegaron a $ 6.494,2 millones, un 86,7% más que el año anterior. Representaron el 4,3% del total de ingresos tributarios.
-En 2007 fueron de 15.024,1 millones, nada menos que un 131,3% superiores a los de 2006. Su participación sobre la recaudación ascendió al 7,5%.
-En 2008, con un incremento anual del 107,6%, cerraron el año con $ 31.191,1 millones y un 11,6% del total de ingresos tributarios.
Si bien por entonces el tema comenzaba a ser motivo de preocupación en círculos económicos, la coexistencia de los llamados "superávits gemelos" (comercial y fiscal) permitía disimular su incidencia en los números del sector público.
Pero desde 2009, al compás de un déficit financiero que creció hasta decuplicarse en seis años, los subsidios se transformaron en un problema en varios planos.
En el fiscal, representaron un agujero negro que explicaba por sí solo la existencia del déficit. Sin actualizaciones, el desbalance financiero acumulado entre 2009 y 2014 (deducidas las transferencias de rentas de la propiedad) fue de $ 544.567,4 millones, en tanto en el mismo lapso el Estado gastó en subsidios 633.462,4 millones.
En consecuencia, una oportuna eliminación habría redundado en un superávit financiero en cada uno de esos años, sumando un saldo favorable de $ 88.895 millones.
En el plano de la economía familiar, el Gobierno dejó crecer una bola de nieve a la que cada vez es más difícil desintegrar: si en 2005 los subsidios le representaban a cada familia menos de un peso diario, hoy son más de sesenta.
Y en el de la planificación empresaria, la imposibilidad de tener el manejo de las tarifas de los servicios que prestan enfrenta a las compañías con la dificultad de tener un horizonte que se mide en días.
Los últimos dos años presentan estos números:
-En 2013, 123.736,4 millones y $ 140.349,6 millones.
-El año pasado fue el único de la serie en el que el déficit fue mayor que los subsidios: $ 230.468,9 millones contra $ 224.733,6 millones.
En tiempos en los que se discute si el Gobierno pretende o no dejar una "bomba" a su sucesor, sería conveniente prestar atención a la factura que representan los subsidios, un gasto que en un década aumentó 64 veces .
QUE LO PARIO, EL DIA QUE LOS SAQUEN, ESTO VALE 100 MANGOS !!!
