El petróleo barato pone en peligro la revolución mundial del ‘fracking’
El crudo se ha mantenido en los últimos años de manera sostenida por encima de los 100 dólares, lo que ha hecho posible hacer comercialmente rentables la explotación de yacimientos con nuevas técnicas (fracking) y en nuevas áreas (aguas ultraprofundas). En las últimas semanas el crudo ha caído a cerca de los 80 dólares por barril, lo que pone en aprietos el futuro de los fenómenos que transformarán el sector global.
El petróleo ha perdido en apenas cuatro meses una cuarta parte de su valor. La cotización del petróleo se ha desplomado un 25% desde junio, hasta marcar mínimos de los últimos cuatro años: el barril Brent, el de referencia en Europa, ha llegado a caer este mes hasta los 83 dólares, mientras que el West Texas, de referencia en EEUU, llegó a perder intradía el soporte de los 80 dólares.
Los analistas coinciden, con carácter general, en que las causas del desplome de los precios del crudo son una demanda que ya no crece al ritmo esperado por el temor a una tercera recesión en Europa y del enfriamiento de la economía china; una escenario de sobreoferta por el aumento de la producción de petróleo no convencional en Estados Unidos (que a la vez le permite reducir sus importaciones), y por la constatación de que la inestabilidad tanto en Oriente Medio como en el Norte de África no se está traduciendo en una menor producción.
Más allá de las explicaciones más macroeconómicas, tras la subida parece estar la mano de Arabia Saudí, el mayor productor mundial de crudo. Riad ha reconocido en conversaciones con inversores no tener interés en que se recupere la cotización y que se siente cómodo con un contexto de petróleo barato que se alargue uno o dos años. Un escenario con el que Arabia podría castigar a sus rivales geopolíticos (Irán, Irak, Siria... y también Rusia, por su apoyo al régimen sirio) y también económicos (Estados Unidos y su creciente protagonismo en el mercado mundial petrolero por el boom de hidrocarburos no convencionales en que se ha instalado).
El propio presidente de la OPEP, Abdalla Salem el-Badri, reconoció ayer en una conferencia en Londres que el actual contexto no tiene por qué generar situaciones de pánico y que la producción del cártel se mantendrá más o menos en los niveles actuales también el próximo año. A pesar de que algunos países de la OPEP (con Venezuela a la cabeza) han reclamado rebajar la producción para conseguir que remonten los precios, Arabia no tiene ninguna prisa, con el objetivo de poner en jaque a sus rivales y así recuperar cuota de mercado -en especial en Asia-, aunque sea a costa de sacrificar parte de sus ingresos por exportaciones a corto plazo.
Jaque al 'fracking'
Este posible escenario de precios moderados durante uno o dos años que pone en serios aprietos a las que se habían convertido en dos revoluciones paralelas en el sector petrolero global. Todos los analistas prevén que Estados Unidos y Brasil hagan sombra durante unos años a las potencias de la OPEP. Las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) apuntaban a que Estados Unidos se convertirá en 2015 en el mayor productor mundial de crudo gracias al boom de los hidrocarburos no convencionales (shale oil) y que Brasil podría ser ya exportador también el próximo año gracias a la explotación de sus yacimientos en aguas ultraprofundas. Pero el petróleo barato pone en duda la rentabilidad de parte de los proyectos de petróleo de esquisto en EEUU y de las explotaciones presal de Brasil.
"Las consecuencias geopolíticas y geoeconómicas [de la caída del precio del petróleo] pueden ser importantes", sostiene Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía del Real Instituto Elcano, en un artículo publicado en EXPANSIÓN en Orbyt. Un crudo barato puede "acotar la expansión del fenómeno del petróleo no convencional: aunque una parte importante de la producción estadounidense ya es viable por debajo de esos precios, en ocasiones hasta una franja discutida de 50-70 dólares, los campos menos rentables no", sentencia.
La extracción de un barril de petróleo convencional en Arabia Saudí tiene un coste de entre apenas cuatro y seis dólares, mientras que utilizando la fracturación hidráulica (el polémico fracking) en Estados Unidos cuesta de media entre 50 y 70 dólares, según estimaciones de diferentes consultoras. Según diferentes casas de análisis, algunos campos de petróleo no convencional norteamericanos pueden ser rentables si el precio del barril se encuentra apenas por encima de los 50 dólares, gran parte necesitan que esté por encima de los 75-80 dólares y algunos incluso requieren una cotización más allá de los 100 dólares para alcanzar el equilibrio financiero. En el actual contexto de caída de precios, parte de los proyectos de shale oil están en un serio riesgo y la posibilidad de captar inversiones para nuevos proyectos se reduce.
http://www.expansion.com/2014/10/29/emp ... 04272.html