Re: SAMI San Miguel
Publicado: Mar Jun 03, 2014 12:04 pm
Interesante la informacion que pone en tema algo ya consabido que es la baja importante en la cosecha actual (ya sabíamos que ocurria desde la floracion quemada por la helada del pasado año) pero en otro orden resalta la preservacion del medio libre de contaminación en Tucumán, por la virescencia de los cítricos, ese diminuto insecto que chupa la savia e las hojas y le inyecta bacterias que viajan hasta las raices y matan el árbol, problema que existe no solo en Brasil aledaños, sino tambien en Florida, USA, con consecuencias desvastadoras para los cultivos de citricos. Esto sigue manteniendo al país y a SAMI en un lugar de privilegio mas alla de ocasionales variables climaticas como lo sucedido el pasado año y que tiene en parte compensacion en los precios.
El sector citrícola argentino afronta un doble esfuerzo
Los productores citrícolas de Tucumán ya se encuentran cosechando las primeras frutas que se destinaran a industria o seguirán un proceso de certificación para cumplir con todos los requerimientos que estipula el programa implementado por el Senasa para la exportación de fruta fresca a los mercados internacionales, que tienen restricciones cuarentenarias como la Unión Europea y otras naciones con requisitorias similares.
Lo cierto es que los productores siempre esperan realizar una campaña de cosecha buena en calidad y cantidad para cubrir los costos productivos fijos y variables, muy aumentados los últimos meses, por cierto, y lograr cierta rentabilidad que le permita cubrir sus necesidades básicas y cierta estabilidad en el tiempo.
El problema es que esta campaña se caracteriza por la calidad, ya que la cantidad que el productor citrícola tucumano estaba acostumbrado a cosechar no será ni siquiera la mitad.
Según estimaciones de los técnicos y entendidos en la materia, la reducción del volumen de limón a cosechar en la actual campaña (mayo-agosto) tendrá una reducción mayor al 50% e inclusive cercana al 60%.
Esto afectará profundamente al sector, ya que esta merma es muy relevante si se tiene en cuenta que Tucumán, normalmente, exporta como fruta fresca alrededor de 270.000 toneladas y destina un millón a la industria, algo que en esta campaña no sucederá.
Este año estiman una producción de 600.000 toneladas y los envíos al exterior como fruta fresca seguirán haciéndose para mantener los mercados. Esto implica que se exportarán unas 170.000 o 180.000 toneladas de fruta fresca.
Es por ello que para la industria quedarán alrededor de 400.000 toneladas, cuando lo normal es el abastecimiento de un millón.
Esta situación tendrá un fuerte impacto social, porque se trata de una reducción enorme de trabajo para los 30.000 puestos que se requieren todos los años en razón del poco volumen de fruta que actualmente hay para la cosecha en las quintas. A pesar de estos inconvenientes que deberá superar todo el sector, no hay que descuidarse al afrontar las consecuencias actuales de los daños ocasionados por las inclemencias climáticas que se dieron estos últimos tiempos. Se deben seguir cumpliendo todas las normativas sanitarias que rigen en la actualidad para prevenir el ingreso de una enfermedad a la provincia y a la región, y para ello, sin dudas, deben estar bien informados y tener en cabeza la problemática real del HLB (virescencia).
El HLB está presente en países limítrofes, sobre todo en Brasil, y ya está en Misiones, cuyas plantas fueron erradicadas. También se detectó la presencia del vector no contaminado en las provincias del NOA. Cabe destacar que Tucumán todavía sigue calificada como "Zona 1", es decir, ausencia del vector y la bacteria.
Esto nos diferencia del resto de las zonas productoras del país, por lo que es primordial mantener a la provincia con el status de "Zona 1". Para ello, los esfuerzos a realizar deben ser mayores.
La citricultura es la segunda actividad agroindustrial en lo que respeta a movimientos económicos que forma parte del PBI provincial, por lo que mantenerlo en su lugar y, si se puede, hacerlo crecer es una necesidad permanente y debe ser una cuestión de estado. Actualmente se dieron resultados positivos en plantas aisladas en Misiones y preocupa mucho que el vector ya esté presente en otras provincias, pero por suerte en Tucumán no se detectó al insecto vector (Diaphorina citri), como tampoco a la bacteria que causa la enfermedad (Candidatus Liberibacter spp.).
El sector citrícola argentino afronta un doble esfuerzo
Los productores citrícolas de Tucumán ya se encuentran cosechando las primeras frutas que se destinaran a industria o seguirán un proceso de certificación para cumplir con todos los requerimientos que estipula el programa implementado por el Senasa para la exportación de fruta fresca a los mercados internacionales, que tienen restricciones cuarentenarias como la Unión Europea y otras naciones con requisitorias similares.
Lo cierto es que los productores siempre esperan realizar una campaña de cosecha buena en calidad y cantidad para cubrir los costos productivos fijos y variables, muy aumentados los últimos meses, por cierto, y lograr cierta rentabilidad que le permita cubrir sus necesidades básicas y cierta estabilidad en el tiempo.
El problema es que esta campaña se caracteriza por la calidad, ya que la cantidad que el productor citrícola tucumano estaba acostumbrado a cosechar no será ni siquiera la mitad.
Según estimaciones de los técnicos y entendidos en la materia, la reducción del volumen de limón a cosechar en la actual campaña (mayo-agosto) tendrá una reducción mayor al 50% e inclusive cercana al 60%.
Esto afectará profundamente al sector, ya que esta merma es muy relevante si se tiene en cuenta que Tucumán, normalmente, exporta como fruta fresca alrededor de 270.000 toneladas y destina un millón a la industria, algo que en esta campaña no sucederá.
Este año estiman una producción de 600.000 toneladas y los envíos al exterior como fruta fresca seguirán haciéndose para mantener los mercados. Esto implica que se exportarán unas 170.000 o 180.000 toneladas de fruta fresca.
Es por ello que para la industria quedarán alrededor de 400.000 toneladas, cuando lo normal es el abastecimiento de un millón.
Esta situación tendrá un fuerte impacto social, porque se trata de una reducción enorme de trabajo para los 30.000 puestos que se requieren todos los años en razón del poco volumen de fruta que actualmente hay para la cosecha en las quintas. A pesar de estos inconvenientes que deberá superar todo el sector, no hay que descuidarse al afrontar las consecuencias actuales de los daños ocasionados por las inclemencias climáticas que se dieron estos últimos tiempos. Se deben seguir cumpliendo todas las normativas sanitarias que rigen en la actualidad para prevenir el ingreso de una enfermedad a la provincia y a la región, y para ello, sin dudas, deben estar bien informados y tener en cabeza la problemática real del HLB (virescencia).
El HLB está presente en países limítrofes, sobre todo en Brasil, y ya está en Misiones, cuyas plantas fueron erradicadas. También se detectó la presencia del vector no contaminado en las provincias del NOA. Cabe destacar que Tucumán todavía sigue calificada como "Zona 1", es decir, ausencia del vector y la bacteria.
Esto nos diferencia del resto de las zonas productoras del país, por lo que es primordial mantener a la provincia con el status de "Zona 1". Para ello, los esfuerzos a realizar deben ser mayores.
La citricultura es la segunda actividad agroindustrial en lo que respeta a movimientos económicos que forma parte del PBI provincial, por lo que mantenerlo en su lugar y, si se puede, hacerlo crecer es una necesidad permanente y debe ser una cuestión de estado. Actualmente se dieron resultados positivos en plantas aisladas en Misiones y preocupa mucho que el vector ya esté presente en otras provincias, pero por suerte en Tucumán no se detectó al insecto vector (Diaphorina citri), como tampoco a la bacteria que causa la enfermedad (Candidatus Liberibacter spp.).