

Napoleón escribió: ↑ Como inversor genuino no deja de sorprenderme el caudal de ESQUIZOFRENIA de los comentarios que leo.
El Presidente habla de la paridad y flotación (BIEN SUCIA POR CIERTO VÍA BONOS) COMO SI LOS DÓLARES DEL FMI FUERAN DÓLARES PROPIOS Y NO PRESTADOS. En la NUEVA UTOPIA ARGENTINA (y el mundo y nosotros hemos experimentado varias) el dólar Miley oscila entre 600 y 900$ según sus propias argumentaciones escindidas de la realidad.
LA NUEVA UTOPIA hace agua por todas partes pretendiendo desde una concepción ECONOMICISTA referir conceptos tales como LIBERTAD/ESTADO/MERCADO que no son precisamente propios en menor o mayor medida de la CIENCIA ECONÓMICA.
Se desatiende el gobierno de la hiperinflación en dólares que resulta en inviabilidad de exportaciones y la imposibilidad de enfrentar los costos internos de cualquier cosa.
Encara el gobierno LA LOCURA DE CONSTRUCCIÓN DE PODER parado en las nubes de Úbeda sin remota conciencia de la subsistencia de la clase media. El porrazo que recibirá en CABA lo pagaremos también nosotros situados en un radar externo de examen permanente. El nefasto kirchnerismo agradecido de tanta malversación política.
No alcanza con que el Presidente se muestre con su carpeta bajo el brazo y sus dos dedos pulgares apuntando a las estrellas que de producirse será vetusta cuando se concrete y nosotros estaremos sepultados para entonces.
Entiendo la mirada y comentarios de ESPECULADORES CRÓNICOS desatendidos del país y concentrados exclusivamente en sus bolsillos. Pero el país no puede funcionar con el negocio financiero, bancos volando en sus capitalizaciones bursátiles y energéticas aprovechando una coyuntura en la que aparecen las bonanzas efímeras celebradas con negligente anticipación (YPF descartó construir la megaplanta de GNL en Río Negro y la reemplazará por barcos)…
NO VOY A CANSSARME DE REPETIRLO: Sin EXPORTACIONES no tendremos dólares propios, cunde y cundirán suspensiones y despidos de empleos formales industriales. Los costos internos no solo no bajan sino que suben y los impuestos y retenciones resultan en una muralla indestructible. Claro que desde la visión del bolsillo propio y la especulación todo aparece como fantástico pero ya sabemos como concluyen las fantasías.