Es goce, y es grato y placentero. Y es un goce sano, porque lo que viene sucediendo no es lo malo que tanto pregonaban y esperaban.
Porque la realidad se viene presentando de acuerdo a mis expectativas (positivas).
Cuando lo deseado no sucede se genera frustración. Cuando lo deseado es algo malo para el conjunto de la ciudadanía, es perversidad.
Cuando la realidad los apabulla y lo deseado no sucede, entonces pierden (ademas de guita) la posibilidad del goce perverso, y ahí sobreviene el odio, fruto de la impotencia.
Lo vengo diciendo, tienen un serio trastorno de disociación entre lo que quieren que pase y lo que finalmente pasa. Tienen un conflicto con la verdad.
Están muy podridos. Huelen horrible. Son frustrados y perversos. Y son odiosos.