Aquiles07 escribió: ↑
Pero abstraigámonos por un momento del tema político partidario, que no tiene fin....vamos a puntos concretos que afectaron la deuda pública y los títulos públicos.
1) Desde 2002 a 2008, fue emparchar y reestablecer como se pudo, un mercado de deuda (interno y externo), que estaba "mancado" o defectuoso por el tema holdouts....que es largo y que tuvo su ventana de oportunidad para arreglarlo...y no se hizo. Eso nos afectó, pero podíamos seguir funcionando...de hecho, había colocaciones de deuda locales y seguía habiendo financiamiento del Banco Mundial y demás Organismos...para empresas privadas (hoy sigue habiéndolo).
2) El tema "subprime" en 2008 que destrozó y reconvirtió el sistema financiero de USA....algo de lo que nunca se recuperó, porque los niveles de liquidez que inyectó, nunca los pudo absorber...ahora menos...y tal vez nunca pueda volver a hacerlo sin daños colaterales...reconstruir una curva de bonos con tasas históricas de USA, a eso me refiero (un promedio de últimos 25 años,no hablo de déca(das).
3) Hasta el 2015, había una forma de financiarse (dejemos el tema político) sin que el tema de intereses y capital de la deuda pública sea algo inmanejable. Había un mercado de deuda en pesos, defectuoso, pero lo había. No estoy diciendo que era bueno, ni positivo, ni lo mejor...simplemente, que era manejable. Las presiones sobre el tipo de cambio, también eran manejadas con torpeza y a corto plazo....pero eran manejables.
4) En 2016, Argentina cambia rotundamente la forma de manejarse y financiarse. El primer error, es desfinanciarse con recursos propios....
-al quitar parte de las retenciones (dejemos a un lado si está bien o mal hacerlo) y encima, quita las regulaciones para la liquidación de divisas (pasamos de 30 días, al histórico año..para cierre de cambio).
-Arregla el tema holdouts (no entremos a decir cómo...viajan, firman y punto...hasta usaron los datos de ellos para los pagos, algo insólito, pero bueno, "lo arreglaron"), libera divisas...y le quita las restricciones al ingreso/egreso de capitales que se había impuesto en 2003, de inmovilizar un 30% de lo que ingresaba por un término de un año.
-Acomoda el tema tarifas al retorno del esquema (costo/dolar)...lo hace en 2 años lo NO hecho en 10...por lo menos, tomáte 5 años para graduar impactos...
-El libre ingreso y salida de divisas que fue importante, fue armado con un esquema poco feliz...haciendo uso de herramientas monetarias restrictivas...contener base monetaria y expandir pasivos, mediando con la tasa de interés. El esquema está buenísimo...si no hay cimbronazos externos con libre salida de divisas, que fue lo que ocurrió.
-Argentina tomó deuda en moneda foránea para financiar gastos que podían financiarse de otra forma, o al menos, estructurarlos en el largo plazo. Y en el medio del desconcierto, nos financiamos con un préstamo sin plan ni destino, del FMI.
Estamos donde estamos por una suma de errores, incapacidades, falta de visiones....que nos pusieron en esta realidad. El gobierno que se fue, más allá del color político, tuvo que apelar al cierre de grifos que utilizó Argentina desde siempre.
-Control de cambios
-Arbitraje en las exportaciones/importaciones
-Renegociación de contratos/títulos/etc. El problema de la deuda, con su pésima estructuración de pasivos a corto plazo, sumado a la falta de financiamiento, nos depositó en esta instancia....y el año pasado no pagaron los bonos en pesos, porque esa montaña de pesos, con compra/venta libre de divisas, te hacía explotar el tipo de cambio....llevándolo a cualquier valor. Y lo tiraron para adelante porque ya veían que iba a traer más inconvenientes...sumado a la negativa del desembolso del tercer tramo.
Pero la sumatoria de desatinos, infantilismos financieros, "respaldos del mercado" que nunca llegaron....nos depositaron en esta realidad. Un manejo financiero/monetario inadecuado....encima, la inflación siguió su curso ascendente.
Este gobierno no es de iluminados tampoco...veremos qué resulta, pero tratarán de emparchar otro error....así como llevó 4 años arreglar la megacagada de la convertibilidad