La tensión llegó a su pico días atrás, cuando en el tramo final de las negociaciones con el FMI se consultó al organismo si se podía hacer una venta fuerte de reservas para parar la escalada del dólar y el staff del FMI dijo que no.
Caputo desobedeció la orden y vendió cientos de millones de dólares de reservas y frenó la escalada, pero el impacto de esa rebeldía fue demoledor para su estabilidad.
"Prefiero pedir perdón antes que permiso", fue la frase con la que cerró la discusión con Dujovne, que lo llamó para recriminarle su desobediencia a las directivas del FMI.
