Ahí, esta la Kaka junta.
No nos une el amor sino el espanto", podrían haber dicho Cristina Kirchner y Alberto Fernández ante la prensa. Pero el celo con el que guardaron la información de sus encuentros furtivos les hizo ahorrar la cita del poema de Jorge Luis Borges.
La primera cumbre se produjo en diciembre. La ex presidente le pidió a Juan Cabandié, curtido en esto de celebrar "asados de unidad", que lo convocara al Instituto Patria. Y el ex jefe de Gabinete se mostró dispuesto.
No se veían la cara desde el 2008, cuando el conflicto del campo hizo estallar la relación en mil pedazos. Pocos días después del famoso voto "no positivo" de Julio Cobos, Fernández decidió dejar su cargo. Y Cristina, inclemente, se empacó: no le atendió nunca más el teléfono.
