El camellero que la ve despuntar a lo lejos la ve como si fuese un barco a punto de partir, y piensa en todos los puertos que visitará y en los manjares y placeres ultramarinos que disfrutará. Un barco que lo sacará definitivamente del desierto.
El marinero que se acerca a ella la ve a través de la neblina como las gibas de un camello, sabe que es una ciudad pero le agrada verla como un camello de cuyas albardas y alforjas cuelgan odres con vino de dátiles, frutas confitadas y se imagina liderando una caravana hacia un oasis de agua dulce bajo la dentada sombra de las palmeras. Una caravana que lo saque definitivamente del mar.
Y así como sucede con la ciudad de Despina sucede con PBR donde cada uno ve la cotización futura que mas lo aleje de aquel desierto del que pretende huir.
