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Deja un suedo de 95.000 dólares al año para irse a vender helados al Caribe
WTB – Hace 16 horas
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¿Quién no ha soñado con mandar su trabajo a volar y dedicarse a una ocupación mucho más gratificante? Cuanto peor remunerado es el empleo y más estresante sea, más veces se fantasea con esta idea. Per lo que no suele ser tan habitual es disfrutar de un puesto bien pagado y una carrera con futuro y abandonarlo todo.
Esa es la historia de Noelle Hancock, una periodista de Nueva York que hace cuatro años empezó a sentirse desencantada con su trabajo. Aunque ganaba 95.000 dólares al año y tenía derecho a un excepcional seguro médico, su vida no le llenaba en absoluto. Así que decidió irse a vender helados a una isla del Caribe. Ahora, ha contado su historia en un artículo publicado en la web de la edición norteamericana de la revista Cosmpolitan que se ha convertido en todo un éxito: más de 160.000 lo han compartido en Facebook.
Noelle Hancock
Noelle Hancock
"Es irónico, pero me sentía completamente sola en una isla -Manhattan- en la que viven cuatro millones de personas-. Mi vida solo se basaba en mirar pantallas: ordenador, móvil, televisión… Incluso los taxis tienen pantallas, demonios. Me sentía triste, desconectada y sin inspiración", explica la periodista de 35 años.
Mientras se alienaba por fuera, por dentro soñaba con mudarse a una isla paradisiaca. Así que un buen día preguntó en Facebook a sus amigos sobre un destino al que pudiera mudarse. Alguien la recomendó las Islas Vírgenes, un protectorado de Estados Unidos y allí se dirigió.
"Vendí mis posesiones, abandoné a mi casero y me llevé todo lo que tenía ahorrado. Compré un billete solo de ida", cuenta en Cosmopolitan. Los padres de Noelle no parecían estar muy de acuerdo en que su hija, una brillante licenciada en Yale -una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos- terminase en una isla remota para buscarse la vida.
10 dólares la hora
El primer trabajo de Noelle en su nueva isla fue de vendedora de helados, cobrando 10 dólares la hora y sin seguro médico. Ahora trabaja sirviendo copas. Todo un cambio que Noelle valora así: "Vivir tan lejos me ha hecho ver la vida de otra manera. Aquí no necesitas quedarte fijo en un trabajo y nadie espera que te asientes en un solo lugar. Quizás cada uno de nosotros tengamos que movernos cada pocos años y vivir ‘microvidas’ y pasar a la siguiente".
Noelle Hancock
Noelle Hancock