Con el crudo internacional por debajo de los 80 dólares, los ejecutivos de las principales operadoras del país empiezan a ver el gas con mejores ojos. A partir de los últimos planes de Nación, que llevaron el valor del millón de BTU hasta los 7,5 dólares, el recurso atrapado en arenas compactas –o tight gas, como se lo conoce en la industria– podría ser el destino más elegido para las inversiones de mediano plazo en la Cuenca Neuquina.
Para el 2016 este negocio habrá movido más de 3.000 millones de dólares. Al menos eso es lo que proyectaban hasta ahora las firmas que lideran este tipo de extracción. Sin embargo, el derrumbe del petróleo podría acentuar esta explotación, que aparece más como una imposición de la geología que como un deseo: agotados los yacimientos tradicionales como Loma de la Lata, el tight asciende en el horizonte como una opción más barata y con un retorno algo más corto que los proyectos shale.
A diferencia del gas atrapado en la dura roca madre, el que migró hacia estas arenas o arcillas puede extraerse de forma más sencilla. Aunque requiere estimulación hidráulica, su reservorio es más permeable e impone menos trabas para que el hidrocarburo salga a la superficie. Como en el shale, la tasa de declinación es alta, pero en los primeros meses de vida sus resultados suelen más atractivos, algo clave para la economía de los proyectos.
En Neuquén son varias las formaciones con estas condiciones. Pre-Cuyano, Los Molles, Lajas, Lotena, Punta Rosada, Sierras Blancas-Tordillo, Mulichinco y Basamento son las más explotadas. Cada una tiene sus condiciones particulares. Algunas están por encima y otras por debajo de Vaca Muerta, la estrella del momento. Hay pozos que deben llegar hasta los 4.000 metros bajo tierra para ir por el gas atrapado, una distancia mayor a la altura del Lanín, pero con destino a las entrañas de la tierra.
Al igual que en el shale, estas formaciones exigen que se utilice la fractura hidráulica para generar los caminos por los que migre el gas. Pero por sus propias condiciones, las arenas o las arcillas requieren menos cantidad de etapas, en general cuatro o cinco, dependiendo de las características del pozo.
LOS JUGADORES
Son seis las empresas que más apostaron al tight en los últimos dos años. Total, Petrobras, YPF, Ysur (la ex-Apache), Pluspetrol y más recientemente Pan American Energy (PAE) incursionaron de lleno en el mundo de las arenas compactas.
La petrolera brasileña fue la pionera en este tipo de desarrollos. Hace algunos días anunció una inversión de 245 millones de dólares para perforar 15 pozos en la formación Punta Rosada, en el bloque Río Neuquén. El programa completo supera los 600 millones de dólares. La compañía también hizo una fuerte apuesta en El Mangrullo, donde anunció a comienzos de año un superpozo que ya está conectado.
Total hizo lo propio en Aguada Pichana, esta vez en la formación Mulichinco. Hasta el 2013, última información relevada, operaba más del 40% de los 222 pozos de tight que tiene la provincia (ver aparte). Si bien lanzó un piloto de shale gas en el lugar, es esta variedad la que le devolvió mejores resultados. La francesa cerrará el 2014 con un desembolso de casi 560 millones de pesos.
YPF realizó una apuesta fuerte en la formación Lajas, dentro de Sierra Barrosa. Allí espera desarrollar 120 pozos para el 2016, con una inversión que supera los 1.000 millones de dólares. Inclusive, analiza adelantar los pozos previstos para el 2015, la mayoría horizontales. También hará lo propio en Rincón del Mangrullo, con Pampa Energía, esta vez con un desembolso de 150 millones de dólares para una treintena de pozos.
Pluspetrol apostará a las arenas compactas en su bloque estrella, Centenario. Allí perforará hasta el 2017 unos 41 pozos con una inversión superior a los 420 millones de dólares.
Ysur, la subsidiaria que creó YPF tras la compra de Apache, heredó de la compañía estadounidense varios proyectos de tight. En Anticlinal Campamento, en Neuquén, y en Estación Fernández Oro, en Río Negro, destinará buena parte de sus esfuerzos financieros en busca de más gas.
Pan American Energy apostó fuerte a Lindero Atravesado este año. Los mejores precios la llevaron a incorporar tecnología y enterrar unos 200 millones de dólares en pozos tight. La apuesta en este caso también a Lajas y Punta Rosada y se incluye también Molles, una formación shale que en algunos puntos deviene en una arena compacta.
La estadística dura en Neuquén demuestra que el tight ya tiene su historia. Desde el 2006 a esta parte se perforaron unos 222 pozos. Hoy su performance parece opacada por Vaca Muerta, pero a la hora del gas, mantiene un dominio absoluto sobre el shale: cuatro de cada cinco metros cúbicos de gas no convencional que sale de la cuenca proviene de arenas compactas.
Neuquén produce por estas horas unos ocho millones de metros cúbicos día de tight gas, una cifra que creció de forma marcada en los últimos años. Desde el 2006 a esta parte, subió casi un 40%.
TECNOLOGÍA
No sólo los mejores precios ayudaron al desarrollo de estos negocios. También la mayor presencia de tecnología y el estudio de las formaciones colaboraron.
En la provincia hay decenas de sets de fractura y torres perforadoras de primer nivel. Las grandes compañías aportan tecnología especial que ya fue probada en Estados Unidos y Canadá y permite ahorrar tiempo y costos.
También los contratos cambiaron. En el comienzo de la era no convencional en Neuquén, los convenios eran llave en mano. Operadoras como YPF o PAE empezaron a incorporar su propia tecnología y a trabajar mejor en el diseño de los pozos. La compañía nacional, por ejemplo, tiene su propia logística en el manejo del agua y a veces de la arena.
http://www.rionegro.com.ar/diario/negoc ... ergia.aspx