Mensajepor alvarez123 » Dom Jul 27, 2014 8:44 pm
El año pasado, en Washington DC entro a un Starbucks y había un cartel, que decía, en inglés, "se busca empleado para apoyo. Preferiblemente argentino"
Me causó gracia y le pregunté al franquiciado el motivo, y me contó. Me dijo: una vez tuve como empleado a un estudiante argentino cuyos padres se habían radicado en Virginia.
Era un fenómeno el chico, me dijo. Se las rebuscaba en cada situación para hacer las cosas más rápido que cualquier otro. Siempre me contaba que no entendía como a los americanos los alteraban cosas que él consideraba pavadas. El chico argentino no se desesperaba por nada. Le buscaba la vuelta a las situaciones.
Siempre pienso en eso que me contó el gringo.
Llevamos meses que dependemos de el humor de un viejo, de las locuras de una presidenta, de los caprichos de cualquiera. Buscamos señales. Tratamos de olfatear el menor indicio de que esto se arregla, o que no arregla, o que nos morimos, o que nos salvan, o que perdemos todo, o que hacemos una diferencia de acuerdo a lo que hagamos operando en milésimas de segundo. Estamos más entrenados que un Marine. Tenemos más vida que un gato. Somos los McGyver de la vida misma. Talibanes de la sobrevida. Y estamos acostumbrados. A seguir tomando tilo. Menos mal que falta poco para que se defina todo. Saludos y que todo salga bien para los del foro.