rivas144 escribió: Malísimo.
Estás generalizando, tanto lo de los asiáticos como lo de los "sudacas". Y si generalizás calculo que vos estás dentro de ese grupo, no?
No hablés por los demás, porque nadie habla por vos. Vos no sabés quien se esfuerza, quien no, y por qué lo hacen.
Te invito un día a las 6 de la mañana a cualquier estación de cualquier tren para que veas lo equivocado que estás.
Abrazo de gol.
Por supuesto que estoy generalizando, justamente de eso se trata, de las orientaciones que priman en una sociedad, como construcción colectiva, y que son fomentadas y terminan siendo impuestas por las sucesivas conducciones políticas y su máxima expresión, que son los gobiernos.
En el caso de Argentina, llevamos 11 años de una "administración" que ha dispuesto de mayorías políticas en los distintos estamentos de la organización institucional, empezando por el Congreso, y de recursos ingentes, de los que dispuso de manera legal o ilegítima, como nunca antes disfrutó antecesor alguno. De manera que limitaciones, no tuvo. Los resultados que estamos viendo no admiten excusas de "dificultades" en la gestión.
Donde yo esté, me pueda incluir a título personal, no le interesa a nadie y es absolutamente irrelevante. Y no sé a título de qué viene eso de que "no hable por los demás", digo lo que pienso de acuerdo a lo que veo y viví muchos años: cómo fue evolucionando el concepto de "educación", en términos escolares, sobre todo, en nuestro país y cuáles son los criterios que han primado al escoger sus objetivos y cuáles los resultados que, indudablemente, hemos obtenido.
Un "pequeño" ejemplo: hace exactamente 40 años, cuando empecé la escuela media, al cierre de cada cuatrimestre, se publicaban en cartelera, la lista de mejores promedios, curso por curso (hablo de escuela pública y del interior, de una provincia absolutamente periférica, Colegio Nacional, donde íbamos todos, desde pibes que vivían en viviendas bien precarias con padres changarines hasta hijos de terratenientes). Esa práctica fue desapareciendo y, paulatinamente, se fue poniendo énfasis en "el mejor compañero", "el más solidario" y conceptualizaciones del estilo, que suenan bien al oído progre y garpan políticamente. Después fuimos profundizando ese "modelo" y ya pasamos a consignas como "la escuela está, fundamentalmente, para contener". Y para comer, agrego yo.
Ese criterio de destacar el mérito académico, y así fomentarlo, fue barrido debajo de la alfombra porque atentaba contra un pésimamente entendido "igualitarismo"; qué se fijen en el sistema cubano o más contemporáneamente en Correa (de innegable formación marxista) qué importancia asignan ellos al mérito académico y cuáles, estiman ellos, son los requisitos en ese sentido para ser MAESTRO, para educar y formar.
Nuestro problema no viene por el lado del marxismo clásico, sino de la demagogia populista que ciertos filomarxistas locales, personas e instituciones que instalan la concepción en la sociedad a través de consignas políticamente correctas, han logrado meter en la cabecita de muchos burgueses culposos. Y tienen, de paso, la inestimable colaboración de sobredosis de psicologismo, que buena parte de nuestra sociedad, de manera directa o interpósita, viene consumiendo en cantidades fenomenales desde hace décadas. En fin, me parece que la cuestión es muy profunda y da para largo.
Respecto de tu invitación a concurrir a una estación de tren a las 6 de la mañana, conozco la experiencia desde hace muchísimos años y, desde hace bastante tiempo, tengo una a una cuadra y la frecuento a menudo. Tal vez sería importante que quienes las conocieran, y utilizaran cotidianamente, fueran los funcionarios de este gobierno que tenemos desde hace más de 11 años; sería una experiencia interesante.
Por último, te sugiero que procures sacarte de la cabeza ese esquema básico y primario por el cual toda crítica al populismo que se impuso en nuestro país proviene necesariamente de un oligarca surgido de cuna de oro; no tenés ni idea de cuáles son mis orígenes y de qué extracción socio-económica provengo.
Buen domingo.