El kirchnerismo es un señor todo transpirado
Por Alejandro Borensztein
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Los fondos buitre, en su momento, se compraron nuestros bonos a precio vil, no aceptaron la quita propuesta en la reestructuración de la deuda y pretenden cobrarlos tal como dice el papelito. Son unos jodidos, pero es así. El sistema lo permite.
No se trata de una gigantesca conspiración financiera imperialista contra nosotros, como intenta instalar el Gobierno, sino del resultado de un desaguisado fenomenal que el mismo Gobierno viene cocinando hace una década.
Nuestros chambones tuvieron diez años para negociar algo con aquellos sátrapas, pero prefirieron hacerse los guapos desde los balcones y los atriles. Conclusión: hablando de orejas, ahora nos tienen a todos agarrados de los lóbulos. En esta partida de truco, los buitres tienen el siete de espadas (fallo de Griesa en primera instancia), el ancho de basto (fallo de la Cámara) y el as de espadas (rechazo de la Corte al reclamo argentino). Nosotros teníamos a Moreno, Boudou, Lorenzino, Kicillof y un par de cuatro de copas más.
Así no íbamos a ganar nunca.
Pudimos negociar algo mejor cuando los buitres no tenían ningún fallo a favor. O cuando en el Banco Central había el doble de las reservas que hay ahora. Pero no. El verso de la liberación, el “vamos por todo” y la lucha contra las corporaciones, los medios y Luis Majul siempre fue más importante.
Ahora ya estamos jugados. Salga como salga, siempre va a salir peor que como hubiera salido hace unos años. Algo parecido nos pasó con el Club de París: nos costaba 6.000 palos verdes en el 2009 y terminamos garpando 9.700 hace unos días.
Unos piolas bárbaros. Si esto es la liberación, yo me quedo con la dependencia de acá a la China.
El discurso de patriotismo pedorro y bravucón sólo sirvió para que a todos nos termine costando más caro. Envolver la torpeza propia en la Bandera celeste y blanca es mezclar todo con todo. Una especialidad del Gobierno. Blatter, La Haya, Mujica, Griesa, Lijo, Lanata. Da lo mismo.
Ahora se aprovecha el Mundial para presentar a nuestros jugadores como parte de la “década ganada” y al problema de la deuda como un asunto futbolero. El Gobierno es el país, el país es la Selección, la Selección es Messi, o sea Messi es la Compañera Jefa. Se chorean hasta el utilero.
¿Ejemplo? La imagen de Néstor bajando el cuadro de Videla es un gesto progresista e inolvidable. El zurdazo de Messi al segundo palo del arquero brasileño en el 4 a 3 amistoso de 2012 también lo es. Mezclar ambas imágenes en una propaganda que el Gobierno pasa en los entretiempos de los partidos del Mundial no es ni progre, ni bello, ni nada.
Es fascismo puro, hecho y derecho.
Saquemos la bandera y la camiseta de la Selección del medio de todo esto. Ya sabemos que el mundo de las finanzas es desalmado y que el Juez Griesa terminó ensañándose contra nosotros. Habría que averiguar por qué este señor cambió de actitud ya que durante años ayudaba a la Argentina. De todos modos, el problema no es el tipo que nos ataca sino el que nos defiende.
Y nos defiende la versión más degradada del kirchnerismo.
Hoy el kirchnerismo es un señor todo transpirado con un alicate en la mano dudando entre cortar el cable azul que desactiva la bomba o el cable rojo que la hace explotar. Luego de once años, ya aprendimos que siempre eligen el rojo y después le echan la culpa a la gigantesca conspiración interplanetaria que atenta contra el proyecto nacional y popular.
Para colmo, transforman un petardo en una ojiva nuclear. Como con la 125 y las retenciones móviles. Un tema que se podía haber resuelto en una simple negociación entre un subsecretario de Agricultura y el portero de la Rural, pero que esta gente, con la épica y el atril, lo llevó hasta la puerta de la Tercera Guerra Mundial. Al pe** porque igual perdieron.
Lamentablemente no creo en las conspiraciones. A veces las cosas suceden de puro burros nomás que son.
Posdata: ahora, encima de todo, Boudou. Otra vez el cablecito. ¡¡Era el azul, ******!!
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