MUCHACHOS, LES PEGO ESTA RECOPILCIÓN DEL DIARIO IECO DE HOY DOMINGO 6 DE ABRIL DEL 2014 POR SI ALGUNO NO LO LEYÓ..
Las acciones con demanda más sostenida
Héctor Tavares
htavares@clarin.com
La Bolsa apunta al mediano plazo, haciendo caso omiso al panorama actual, en la inteligencia que el “vivir con lo nuestro” llegó a su límite. Bastó que tibiamente se manifestara la idea de un manejo más realista de la economía para que YPF colocara US$1.000 millones en el mercado internacional con una demanda de US$5.000 millones, siendo la tasa todavía elevada.
Se afirmaron las acciones y títulos públicos (pese al cupón PBI), y Wall Street catapultó las cotizaciones de varias empresas locales. Es que en dólares el valor de las firmas argentinas es bajo y ante la aparente vuelta a decisiones racionales, vale la pena jugar “algunas fichas”.
YPF gana confianza, incrementa su producción y obtiene mejor retribución por sus productos. El beneficio se derrama sobre las demás petroleras, especialmente PESA, uno de los papeles más atrasados del MERVAL, que en el primer trimestre debe incorporar 170 millones por la venta de Puesto Hernández y sobre la cual existen diversas versiones sobre venta de otros activos para concentrarse en la exploración y perforación.
Tenaris no solo protege al inversor por sus activos en dólares, sino que asegura dividendos en esa moneda. Analistas técnicos ven a Tenaris en $270 en un futuro cercano. Con las prevenciones del caso, lo importante es que el pronóstico se realizó teniendo en cuenta la evolución de mercados desarrollados como el NYSE y Milán, lo que les brinda otra seriedad a esos gráficos.
El panel general está en las “gateras”. Fiplasto, Holcim, Dycasa, Agrometal y San Miguel, entre otras, son papeles para seguir con mucho cuidado. En general, vienen con ganancias interesantes y buenas perspectivas y están con precios muy tentadores.
Variaciones sobre el dólar
Oscar Martínez
omartinez@clarin.com
El precio para fin de año se negocia en menos de $10. Sin embargo, y a pesar de la pax cambiaria, algunos dicen que es tiempo de comprar.
La fiesta financiera se mantiene en la Argentina. Al margen de la marcha de la economía real, se acentuaron los análisis positivos sobre el mercado local y ya es habitual la visita de analistas internacionales para conocer “in situ” los motivos de la “argentinitis” de moda.
Incluso en el plano local, varios bancos que no los tenían y otras compañías están preparando el lanzamiento de nuevos Fondos Comunes de Inversión (FCI) para aprovechar, con riesgo distribuido, lo que algunos analistas definen como la próxima explosión de la Bolsa. Siempre, claro está, post 2015, que es, para los inversores instituciones, como decir “a la vuelta de la esquina”.
Por otra parte, en el mercado cambiario la receta del BCRA está dando sus resultados y bajó sustancialmente, poco más del 30%, la brecha entre el blue y el dólar oficial. Y todavía falta que aparezca la lluvia de divisas de la soja (aunque esto podría generar otros problemas, sobre todo porque una parte importante de los pesos recibidos por los exportadores presionará el mercado del blue), lo que podría descomprimir la preocupación sobre el nivel de reservas.
En el contexto de esta aparente pax financiera hay algunos datos para tener en cuenta. En primer lugar, la caída en el precio del dólar futuro en el Rofex. La posición para febrero no llega a los $9,90 por unidad, mientras que en febrero cotizaba por encima de los $11. Y aunque ya hay posiciones abiertas para 2015, todavía son poco significativas como para tomar en cuenta. Otros datos importantes son que el dólar “contado con liqui”, utilizado para fugar divisas, perforó por centavos el piso de los $10 y que el dólar turista ya es más caro que el blue. En este caso, la pregunta de muchos es si a estos precios el “billete” no está barato. Comprar los escasos dólares oficiales cuesta, con el recargo, $9,60 y acceder a los dólares MEP, a través de la Bolsa y sin límites cuesta $10,15.
Cautela de los inversores con el Boden 2015
Eduardo Cardenal
ecardenal@clarin.com
Grandes inversores comienzan a temer un canje del bono, con vencimiento final en octubre de 2015.
Oportunidad: Bonos como el AA17 pueden subir fuerte si algunos inversores “se pasan” de título.
En el año 2005, el Gobierno había realizado una colocación de deuda a 10 años al 7% anual a través de la creación del Bono del Estado Nacional 2015, conocido como Boden 2015 o por su sigla bursátil: RO15. Al igual que pasó con el Boden 2012, título que había nacido con la pesificación del 2002, con estos bonos se cae en la cuenta del paso del tiempo, ya que ahora se avizora un horizonte próximo de algo que siempre había sido lejano. El Gobierno deberá abonar, antes del cambio de mandato, cerca de US$6.000 millones, un monto que luce preocupante para un nivel de reservas internacionales que hoy está en torno a los US$27.000 millones.
La Argentina es uno de los pocos países del mundo, sino el único en la actualidad, que paga sus deudas exclusivamente con recursos propios, principalmente del comercio exterior. Habitualmente, el resto de los países recurren a una refinanciación, al menos parcial, que permita no realizar grandes desembolsos. El mecanismo se conoce como “roll-over” y es muy habitual. El excedente de dinero sin aprovechar, en cualquier caso, se utiliza para impulsar proyectos de infraestructura que continúen mejorando la capacidad de generar ingresos de la economía. La deuda se refinancia.
Adicionalmente, en los últimos años que siguieron a la crisis financiera del 2009 se vivió un período de extrema liquidez internacional, con tasas bajísimas y sostenidas en el tiempo.
Sin embargo, diversas situaciones llevaron a que, a pesar de la excesiva liquidez internacional, el rendimiento para la deuda soberana de la Argentina superara el 10% anual. El Gobierno llevó adelante una serie de medidas que impactaron negativamente en el mercado financiero internacional, teniendo que amortizar su deuda efectivamente o pagar elevadas tasas para refinanciarse con quien se pudiera.
La elección fue sencilla en la última década por la fuerte recuperación del campo y la suba del precio internacional de la soja, que permitió al Banco Central acumular un importante colchón de reservas. Actualmente, con escasez de divisas, la amortización directa pareciera ser un lujo que el Estado ya no puede solventar.
El Gobierno comenzó a tomar medidas para poder acceder nuevamente al mercado voluntario de créditos, resignando las medidas pilares que fundamentaron la rebeldía financiera (devaluar, pagar al CIADI y al Club de París, aceptar revisión estadística del FMI, etcétera). Sin embargo, en el mercado también se teme que se lleve adelante un canje similar al del Bocan 14 (AE14), donde los inversores institucionales se vieron persuadidos de aceptar una quita de interés y extensión de plazo para no entrar en conflicto con el Gobierno.
Para mayor tranquilidad, los canjes compulsivos (forzados) son sinónimo de default, y por ello no se extendería a los inversores particulares, aunque sí logran persuadir a aquellos tenedores institucionales que pueden sufrir castigos normativos o regulatorios (bancos, FCI, aseguradores). Eso puede suponer una ventaja a los minoristas, porque los inversores buscarían desprenderse de los títulos, como ya ocurrió con el Bocan 14. Por ello, títulos como el AA17 pueden experimentar subas fuertes si estos tenedores comienzan a “pasarse” de bono, mientras que el RO15 quedaría más relegado e incluso podría ofrecerse con alto rendimiento cuando falten algunos meses antes de la amortización final.