Mensajepor quique43 » Mar Mar 11, 2014 6:50 pm
Cuando se insiste con el fracaso, el resultado por supuesto, es el fracaso:
“CUATRO MIL AÑOS DE CONTROL DE PRECIOS Y SALARIOS: COMO NO COMBATIR LA INFLACIÓN”.
“Tanto desde el punto de vista histórico como en la teoría y práctica económica se ha demostrado la ineficacia de los controles de precios para contener la inflación.
Si los controles de precios se extienden más allá de un muy breve plazo inexorablemente se estará frustrando el futuro de una economía sana. Porque dichos controles al impedir que la gente manifieste sus necesidades a través del sistema de precios libres, anula la señal más importante que tiene el empresario para innovar, descubrir, producir e invertir.
Un Estado con control de precios es un país con la libertad restringida, sin estímulo para el progreso, sin cabida para la iniciativa y la creatividad, del cual inevitablemente querrán fugarse sus mejores talentos, especialmente los de espíritu joven e innovador”.
Control de precios. 40 siglos de fracasos
Robert L. Schuettinger nació en Nueva York en 1936 y estudió en Columbia, Oxford, Chicago (M.A.), y St. Andrews (B. Phil). Ávido Estudioso del pensamiento liberal, el profesor Schuettinger fue discípulo de Friedrich Hayek en Chicago y de Sir Isaiah Berlin en Oxford.
Entre sus trabajos históricos académicos se encuentran "The Conservative Tradition in European Thought" (Putnam's, Nueva York, 1970) y una biografía de Lord Acton que publicara en 1976 la Open Court.
El profesor Schuettinger ha enseñado en The Catholic University of America, St. Andrews University y Yale University.
Fue Director de Estudios en "La Fundación Heritage" en Washington y editor fundador de su publicación "Policy Review"
Éamonn F. Butler es graduado de la Universidad de St. Andrews (Ph.D), en Escocia y ha enseñado economia en el Hillsdale Collage. Es coautor del libro "British National Health Service".
El mundo antiguo
Desde hace más de cuarenta siglos los gobiernos de todo el mundo han tratado de fijar precios y salarios. Desde los tiempos remotos, el máximo poder consistía en tener autoridad sobre las mercancías más importantes: los alimentos. La persona o clase social que controlara el abastecimiento de los alimentos esenciales, tenía en sus manos el poder supremo. Y por esto, uno de los primeros efectos derivados de un estricto control de precios sobre los productos agrícolas fue el abandono de las granjas porque ya no eran rentables. Cuando sobrevenía el fracaso, como generalmente ocurría, acusaban a sus súbditos de perversos y deshonestos, antes de reconocer la ineficacia de la política oficial. En nuestros días ocurre exactamente lo mismo.
Sumeria
En su aleccionador trabajo ¿Debe repetirse la historia? Anthony Fisher nos habla de un rey de Sumeria, Urakagina de Lagash, cuyo reinado comenzó alrededor de 2350 AC. Por los datos que han llegado a nuestros días sabemos que fue aparentemente un precursor de Ludwig Erhard (autor del milagro económico alemán), quien comenzó por abolir la carga de regulaciones excesivas del gobierno sobre la economía, incluyendo los controles sobre salarios y precios.
Un historiador de aquellos tiempos nos relata que poseemos de Urakagina uno de los más preciados y reveladores documentos en la Historia de la humanidad sobre la inquebrantable y perenne lucha del hombre contra la tiranía y la opresión. Es en este documento que encontramos por primera vez la palabra libertad registrada en la Historia.
Babilonia
Hace cuatro mil años, en Babilonia, el Código Hammurabi, el primero de los grandes códigos que se escribieron, impuso un rígido control de precios y salarios. El artículo 268 del Código a título de ejemplo dice así: "Sí un hombre ha alquilado un buey para la trilla, dará por el alquiler veinte 'QA' de trigo".
Sin duda estos controles dañaron los sistemas de producción y distribución en Babilonia. Los hechos históricos muestran un deterioro del comercio en el reino de Hammurabi y en el de sus sucesores. Esto se debió por una parte a los controles de precios y por otra a la influencia negativa de un gobierno acentuadamente centralista que intervenía en la mayoría de los aspectos económicos.