Argentina amenaza con mano dura contra el mercado negro del dólar
22-Jan-2014 10:13
BUENOS AIRES, 22 ene (Reuters) - El Gobierno argentino
anticipó el miércoles que prepara medidas para combatir las
operaciones de divisas en el mercado negro, donde el peso no
deja de perder valor a diario, añadiendo presión sobre una de
las tasas de inflación más altas del mundo.
Aunque no quiso adelantar las acciones específicas que
tomará la administración de la presidenta peronista Cristina
Fernández contra las cada vez más populares compras de dólares
en el mercado paralelo, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich,
dijo que sumará al Poder Judicial a la cruzada.
"Las acciones que va a hacer el Gobierno no las va a
divulgar anticipadamente. Nosotros, todo lo que sea de carácter
ilegal, vamos a combatirlo con una sola herramienta: la ley",
explicó en su conferencia de prensa diaria.
"Y pretendemos sea acompañada no solamente con acciones del
Poder Ejecutivo sino también del Poder Judicial, porque
efectivamente aquellos quienes efectúan transacciones ilegales
tienen que efectivamente estar sometidos a la Constitución y las
leyes que reglamentan su ejercicio", dijo.
El mercado negro se convirtió en el único acceso al dólar
para los ahorristas argentinos que buscan protegerse de la alta
inflación luego de que Fernández impusiera un control de cambios
a fines del 2011 para cuidar los escasos dólares que genera la
economía.
Este mercado existe desde hace décadas y ha sido tolerado
por distintos gobiernos. Meses atrás, el secretario de
Seguridad, Sergio Berni, había dicho que no cometían un delito
las decenas de personas que deambulan por las calles del centro
de Buenos Aires ofreciendo divisas.
Pese a los rígidos controles cambiarios, el derrumbe de las
reservas del Banco Central no se ha detenido y la entidad debe
salir a diario a inyectar divisas para mantener funcionando una
economía que muestra señales de debilidad por una inflación que
rondó el 25 por ciento en el 2013, un tipo de cambio oficial
elevado que perjudicó las exportaciones y pobres niveles de
inversión extranjera.
El pesimismo de los argentinos sobre el futuro de la
economía golpeó la popularidad de Fernández, cuya aprobación
tocó el mínimo histórico del 27,4 por ciento, según un sondeo
realizado en enero por la consultora Management & Fit.
Las reservas de la entidad, de las que el Gobierno también
echa mano para honrar sus deudas en divisas, cerraron el martes
a 29.523 millones de dólares, acumulando una caída del 31,8
desde inicios del 2013.
El peso en el mercado negro vale casi un 71 por ciento menos
que en el mercado oficial, al que prácticamente sólo acceden
empresas para realizar operaciones de comercio exterior.
El Gobierno también restringe las importaciones y encarece
con impuestos el uso de tarjetas de crédito en el extranjero en
busca de evitar una mayor salida de dólares del país.
El peso cotizó el martes en el mercado negro a alrededor de
11,85 unidades por dólar, lo que implica una caída del 15,27 por
ciento desde inicios de enero. En la plaza oficial ronda los
6,88.
Los medios de comunicación locales siguen de cerca la
cotización del peso en el mercado negro y hasta canales de
televisión han interrumpido sus transmisiones cuando rompe una
barrera psicológica, como sucedió la semana pasada al perforar
los 11 pesos.
Esto ha irritado al Gobierno, que ha acusado a medios
críticos de Fernández de hacerse eco de actividades ilegales.
La cotización del peso en el mercado negro también es
seguida de cerca por los agentes económicos, que lo consideran
una referencia del valor real de la moneda y lo toman en cuenta
a la hora de fijar los precios de bienes y servicios.
El Gobierno ha intentado desincentivar las compras en el
mercado negro alentando operaciones de arbitraje que le permiten
a las empresas hacerse dólares a una cotización inferior a la
paralela.
También aceleró la pérdida de valor del peso en el mercado
oficial para intentar cerrar la brecha entre las dos
cotizaciones.
Sin embargo, esta estrategia no ha desalentado la demanda de
la divisa en la plaza paralela.
Fracasa sin dudas, soy un visionario,,, 