Mensajepor JPK » Dom Ago 11, 2013 8:52 am
Por:
Equipo de Economía Tiempo Argentino 11/08 (resumido, azul y subrrallados son míos)
La realidad macroeconómica de la Argentina no es perfecta, pero a la hora de observar los contrastes con los indicadores de 2012 y lo que vive el resto del mundo se revaloriza lo que pasó en los últimos seis meses.
(Este año estuve en Portugal y actualmente escribo desde el sur de España, por lo que hablo con distintos actores económicos, percibo que bien quisieran canjear su larga recesión, por nuestros molestos problemas con la inflación y el cepo cambiario)
El crecimiento de la actividad en el primer semestre rondará el 5%, lo que implica una obvia reactivación de los sectores más importantes del país y un impacto sobre variables fundamentales para la situación social como el empleo.
Los inversores del sector financiero miraron el impulso del consumo con atención y empezaron a confirmar con sus negocios que el crecimiento anual va a ser fuerte.
Para sacarlo del ambiente un poco más abstracto y ponerlo en números, el 4% que acumularía el país a fin de año significará casi 100 mil millones de dólares extras para el producto del país. El dato, que surge del análisis de Enrique Dentice, economista de la Universidad de San Martín, implica que de los aproximadamente U$S 500 mil millones que se alcanzaron en 2012 se pasaría a unos U$S 600 mil millones en la producción total de bienes y servicios de la Argentina.
En este contexto los trabajadores se ven beneficiados y el nivel de desempleo vuelve a ubicarse en los niveles más bajos de los últimos tiempos.
El segundo trimestre del año redundó en una disminución de 0,7 puntos porcentuales al haber pasado del 7,9% del primer trimestre al 7,2 por ciento. Esto significó que unas 80 mil personas pudieron reinsertarse en el mundo laboral y el universo de desempleados se redujo hasta aproximadamente 840 mil personas.
La intervención del Estado tuvo mucho que ver en las variables mencionadas en el inicio de esta nota. A través del gasto en jubilaciones y asignaciones y la continuidad de las paritarias se volcaron más de $ 110 mil millones al consumo, lo que motorizó al reactivación luego del 2012 de desaceleración.
En este contexto, vale destacar a pesar del fuerte gasto público para mantener las variables sociales, se logró mantener un superávit fiscal primario (la diferencia entre los ingresos y los egresos del Estado). El resultado fue superavitario en 1667 millones de pesos en mayo y 4571 millones de pesos en el acumulado de los primeros cincos meses del año.
La situación de las cuentas públicas encuentra sin embargo uno de los problemas de la actualidad económica cuando se suma el pago de deuda al cálculo. El resultado financiero tuvo un déficit de $ 660,2 millones en mayo y sumó unos $ 9410 millones en el acumulado de los primeros cinco meses.
Por su parte la balanza comercial sufrió el impacto del mundo en crisis y el menor crecimiento de las exportaciones que de las importaciones –cuyo crecimiento fuerte viene de la mano de la suba de la actividad–, pero por el momento todo indica que se va a poder superar la línea de los 10 mil millones de dólares hacia fin de año, el objetivo que tiene el gobierno nacional.
El primer semestre acumuló casi la mitad, U$S 4945 millones, y junio arrojó un resultado fuerte de U$S 1155 millones.
La competitividad tiene mucho que ver con el mantenimiento de una balanza comercial favorable para el país, lo que aleja el histórico problema del sector externo de las variables negativas a las que se puede enfrentar la economía. El tipo de cambio oficial, que es el utilizado para las transacciones más allá de la especulación del mercado paralelo, se ubica en $ 5,55 y vive devaluaciones pequeñas pero sostenidas que llevaron el ritmo al 12,2% entre enero y julio.
La balanza de dólares, sin embargo, es uno de los innegables problemas que se ubican entre los desafíos para la segunda parte del año. Las reservas internacionales del Banco Central cerraron el viernes en $ 37.070 millones y en septiembre se debe enfrentar un pago de deuda de más de U$S 2000 millones impactarán sobre el nivel. Sin embargo, la estimación es que a fin de año se rondarán los 38 mil millones, un nivel que le da fortaleza al BCRA para tener poder de fuego e intervenir en el mercado.