rmirra escribió:Algunos puntos son correctos, pero lleva a una conclusion equivocada:
Pregunto: Si devalùan a 9, quien de ustedes venderìa sus dolares y sus bonos dolarizados? Venderian una parte? (hacemos una encuesta en el foro?
Aparte, se ve que no vive de un sueldo: "...... Es decir que una devaluación hoy tendría como efecto el incremento del patrimonio y no su disminución......" ??????? Nunca uno està suficientemente dolarizado como para no "perder" aunque sea algo en tèrmino de dolares. La mayor parte de la poblaciòn vive de un sueldo (y una parte no tiene trabajo). La mayor parte de la poblaciòn no tiene dolares. Còmo puede generalizar? Quien se le puede ocurrir considerar un incremento del patrimonio NOMINAL como incremento del patrimonio? Aparte, el que tiene dolares, ya ganò, porque jamas se los va a vender al BCRA. No necesita que se devalue. Vuelvo al principio, tampoco va a vender..., o sì?
Posiblemente...... un desdoblamiento cambiario:
Con el blue disparado a $9,27 y alejado un 80 por ciento del oficial, se agudiza el desdoblamiento cambiario en Argentina
vie, 26 abr 2013
Luego de una semana muy intensa, nuevamente las miradas de analistas y operadores se posan en el dólar blue, que cotiza con nuevas subas a $9,18 para la compra y a $9,27 para la venta.
En cuanto al mercado oficial, la divisa estadounidense que se consigue en casas de cambio y bancos de la city opera sin variantes a $5,19 para la venta. De está forma, la brecha entre los dos segmentos casi alcanza el 80%.
Finalmene, el contado con liquidación, que es el mecanismo legal para fugar divisas mediante la compra de bonos o acciones en pesos, finalizó el jueves a $9,01.
Operadores coinciden en que los inversores no quieren quedarse en pesos y se cubren en dólares sin importar mayormente el precio que se paga. Esto se suma a la escasez de billetes que existe en las cuevas debido a que muy pocos quieren vender.
"El elemento de fondo es que cada vez más gente quiere dólares", sostuvo un cambista.}
¿Lo mejor de lo peor?La cuestión que debaten en este momento los economistas -tanto dentro como fuera de la administración kirchnerista- es si desdoblar el mercado cambiario de manera explícita, como se hacía en los años '70 y '80, es lo mismo que "desdoblar sin desdoblar".
Y las opiniones, incluso entre aquellos que no gustan del esquema de tipos de cambio múltiples, es que la estrategia de hoy día es peor.
"La teoría de un esquema de desdoblamiento es que se dejan de usar reservas del Banco Central. El que quiere dólares para viajar los va a buscar al mercado libre. En cambio, la situación actual no libera al Central de seguir financiando al turismo", observa el economista Enrique Szewach.
En tanto Lorenzo Sigaut (h), analista jefe de la consultora Ecolatina, apunta que la deficiencia de la política que está aplicando en la actualidad la administración kirchnerista reside en que tiene efectos parciales.
"Podría argumentarse que el objetivo del Gobierno es que se vayan menos divisas por turismo. Pero lo que le tiene que preocupar es el saldo neto. Es decir, la diferencia entre los dólares que los argentinos usan afuera y los que los extranjeros traen. Y para achicar ese déficit se necesita que los turistas que arriban al país lo encuentren más barato, cosa que no ocurre dentro de este esquema", señala Sigaut.
Su opinión es que un desdoblamiento explícito, por lo menos "tendría la ventaja de que aparecería gente dispuesta a vender billetes verdes, que es lo que hoy escasea en el mercado blue. Claro que en este momento adoptar esa medida sería algo complejo y arriesgado".
En la misma línea, Joaquín Berro Madero, analista de la Fundación Mediterránea, califica al desdoblamiento cambiario formal como "la mejor de las peores alternativas".
"Las experiencias de tipos de cambios múltiples de los '70 y '80 fracasaron ya que terminaron generando una puja de reclamos. Siempre alguien buscaba que se modificase el tipo de cambio por el cual se liquidaban las operaciones de exportación, pasando del segmento comercial al financiero", recuerda.
Este efecto, para algunos analistas, ya empieza a notarse informalmente, tal como lo evidencia la lentitud de los productores rurales en la liquidación de su cosecha.
Al respecto, Andrés Méndez, director de la consultora AMF, afirma: "El control cambiario propicia comportamientos elusivos. ¿Qué actitud se espera que adopte un exportador que debe desprenderse de su producción para que se la liquiden a un tipo de cambio de $3,32 y encuentra una brecha de más del 100% frente a la cotización del blue?".
"Lo que trata de hacer, añade, es comercializar un mínimo por el mercado oficial y, si puede, se ‘sienta' encima de los excedentes".
El riesgo de un efecto boomerangEl gran temor que recorre el mercado, en definitiva, es que el Gobierno obtenga lo opuesto a lo que busca.
Es decir, intenta lograr el efecto de una devaluación sin tomar medidas drásticas que podrían generar malhumor social y un alto costo político.
Pero lo que advierten los analistas es que hoy está obteniendo la "parte mala" de un mercado cambiario desdoblado (distorsiones de precios, incentivos a eludir exportaciones, informalidad) sin obtener nada a cambio de lo que podría llamarse "parte buena".
Esta última es lo que justamente se persigue al implementar un desdoblamiento formal: un aumento en la oferta privada de dólares o el alivio de aquellos sectores industriales más afectados por un tipo de cambio oficial que no los favorece.
Un poderoso motivo para esta sospecha es el hecho de que, con la escapada del tipo de cambio paralelo, los argentinos vuelven a percibir al nuevo "dólar turista" como barato pese al recargo.
De hecho, el encarecimiento relativo de viajar se "licuó", si se considera el costo de los pasajes aéreos en términos de dólar blue.
Los más escépticos creen que comenzó una nueva etapa, en la que medidas de emergencia -tales como pedirle a los cambistas "amigos" que vuelquen dólares para calmar al mercado paralelo- están destinadas al fracaso.
Para Gabriel Caamaño, de la Consultora Ledesma, la escapada del blue "es la señal más convincente de la creciente desconfianza respecto de la sustentabilidad del esquema de política. Ya no en el mediano-largo plazo, sino en el mismísimo corto".
En este contexto, ya son muchos los que creen que los tiempos se aceleran, y el Gobierno pierde capacidad para mantener al mercado bajo control antes de las elecciones.
"Esto de gobernar pensando más en lo que publicarán los medios de comunicación al día siguiente que en el largo plazo es una estrategia con rendimientos decrecientes. Los logros duran cada vez menos y se hace necesario emparchar todo el tiempo, como queda en claro con el congelamiento de precios y con el dólar blue", afirma Gustavo Lazzari, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
En todo caso, hay una certeza: la pérdida de competitividad, ese problema cíclico de la economía argentina, tiene escasas posibilidades de resolverse.
Como afirma un pesimista artículo de Orlando Ferreres, en este contexto político cualquier medida que se tome, sea un desdoblamiento cambiario o una aceleración de la devaluación, puede derivar en un shock inflacionario.
"Es tarde para llorar sobre la leche derramada. Este año con elecciones habrá que pasarlo como se pueda, como quien se toma un trago amargo, pues esta variable y otras no pueden corregirse ahora", concluye.
http://ar.finanzas.yahoo.com/noticias/b ... 09965.html