Mensajepor DON VINCENZO » Sab Abr 27, 2013 2:12 pm
ESTIMADOS FORISTAS:
AQUÍ LES PEGO UN RESUMEN QUE HACE EL BANCO CIUDAD SOBRE SU INFORME ECONOMICO FINANCIERO QUE ME LO ENVÍA EN ARCHIVO PDF, COMO NO SÉ ADJUNTARLO AQUI EN EL FORO SÓLO LES COPIÉ Y PEGUÉ ÉSTO, PERO DA LA SUFICIENTE CLARIDAD EN QUE PARA SIDERAR NO ANDUVO MAL LA COSA Y CON PERSPECTIVAS ALENTADORAS, COMO LO EXPRESARON ELLOS EN EL BALANCE PRESENTADO.
LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
En una semana en la que mercado cambiario volvió a ser noticia por la escalada del “blue”, se conocieron nuevos datos del comercio exterior (la principal fuente de divisas genuinas de Argentina) que lamentablemente no resultaron auspiciosos, sumando una fuente adicional de preocupación en el frente externo y cambiario.
En marzo, el superávit comercial cayó un 49% respecto a 2012, fruto de un crecimiento interanual (a/a) de las importaciones del 5% (el tercero consecutivo), combinado con una nueva caída de las exportaciones (-4%), que extendieron su racha bajista verificada desde julio pasado.
Por el lado de las exportaciones, se observó una baja generalizada, con la única excepción de las ventas de productos primarios. La caída fue liderada por las ventas de combustibles y energía (-18% a/a), ante los problemas de oferta verificados en Argentina. A ello se sumó una fuerte baja de las exportaciones de manufacturas agropecuarias (-14% a/a), golpeadas por el efecto rezagado de la sequía de la última campaña agrícola sobre la producción de aceites, dada la menor disponibilidad de materia prima previo al ingreso de la nueva cosecha.
Asimismo, las exportaciones industriales también volvieron a caer (-2%), a pesar del buen desempeño de las exportaciones del bloque automotriz (46%). En este sentido, la mayor demanda de vehículos de Brasil (que creció nada menos que un 62% a/a) no fue suficiente para compensar la importante disminución que vienen sufriendo el resto de las exportaciones industriales (-18%).
Por el lado de las importaciones, lo que marca su dinámica son las compras de energía, a lo que se agregó cierta relajación selectiva de las importaciones de bienes de consumo, con el fin de mantener a raya los precios minoristas domésticos. Las importaciones de combustibles crecieron en marzo un 65% a/a (57% en el primer trimestre), explicando la totalidad del aumento de las compras externas. Como resultado, el déficit energético sumó USD 860 millones en el primer trimestre, un rojo que en los últimos dos años recién se alcanzaba en los meses de invierno.
¿Qué se espera para los próximos meses en materia de comercio exterior? Lamentablemente, las perspectivas no son del todo buenas, ya que el deterioro de la balanza energética podría absorber buena parte del mayor ingreso de agrodólares. De acuerdo a nuestras estimaciones, este año las importaciones energéticas podrían exceder los USD 13.000 millones, de manera que el déficit sectorial podría duplicarse, superando los USD 7.000 millones, lo que terminaría absorbiendo casi la totalidad de los dólares extra generados por el complejo sojero.
En esta dinámica perversa confluyen varios factores. Por un lado, el salto de las importaciones de energía responde al incremento en la demanda, combinado con la exacerbación de la caída tendencial en la oferta, debido al incendio de la refinería de YPF en La Plata (responsable del procesamiento del 30% de combustibles y lubricantes del país y cerca de la mitad de la producción de YPF). A lo anterior se suma una cosecha de soja que resultará menor a la originalmente proyectada (48 vs 55 millones de toneladas).
En suma, que la economía se quedó sin dólares financieros hace tiempo no es novedad y el dólar paralelo (el financiero) ya supera cómodamente los 9 pesos, pero el dólar oficial (el comercial) se mueve por otros andariveles: allí es clave lo que ocurra con el balance de los dólares comerciales que ahora flaquean.
La fortísima contracción del superávit comercial es una luz roja en el tablero de control, pero no la única. La otra es la caída sistemática de las reservas desde la aplicación del nuevo régimen cambiario. Habrá que seguir de cerca ambas variables para calibrar el timing de la futura corrección del tipo de cambio oficial. La historia muestra que en regímenes de tipos de cambio múltiples las devaluaciones del dólar oficial se postergan tanto como se pueda y hasta tanto el gobierno asume que el nivel de sus reservas (y la velocidad de su caída) se vuelve insostenible. Allí asoman las correcciones, muchas veces, súbitas. Esto es lo que ocurrió en Venezuela a la salida del proceso electoral de 2012: para poner un freno a la caída de reservas se devaluó el tipo de cambio oficial un 40% y se comenzó a subastar cupos de dólares para la importación (una maniobra que en estos casos duplica la devaluación formal del oficial).
La carrera por la corrección cambiaria ya comenzó y sólo es cuestión de tiempo para que se blanqueen las distorsiones.