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El Gobierno español inicia un acercamiento a Argentina para negociar sobre YPF
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Rubén Esteller / Lorena López25/04/2013 - 13:28
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El Gobierno español ha iniciado un acercamiento a Argentina para sondear el estado de las relaciones entre ambos países después de la expropiación de YPF a Repsol.
El secretario de estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, ha viajado ya a Perú, pero tiene previsto desplazarse hasta Buenos Aires el próximo día 29 para mantener un encuentro con su homólogo argentino, el Embajador Zuaín.
Esta visita será la primera que se realiza oficialmente al país desde la crisis diplomática desatada por el expolio a Repsol. En la agenda de la reunión se espera que se analice la situación del procedimiento de arbitraje y la posibilidad de un acuerdo amistoso que pueda satisfacer a ambas partes, entre otros asuntos.
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Expropiación de YPF-Repsol: arrieritos somos… y en el camino nos encontraremos
La expropiación del 51% de las acciones de Repsol en la compañía argentina YPF va camino, sin duda, de convertirse en un ‘culebrón’. La decisión del Gobierno argentino será recurrida, no solo ante la justicia de ese país, sino también en la internacional, y probablemente dentro de 50 años se seguirá hablando de ello, como en el caso de la Barcelona Traction.
Desde la prensa española se están cargando las tintas sobre la ilicitud, la ilegitimidad y la discriminación de la actuación del Gobierno argentino en la expropiación. Algún medio local como Clarín y La Nación, claramente en la oposición del actual Gobierno, han puesto reparos en la actuación del Ejecutivo que preside Cristina Fernández. Incluso The Wall Street Journal y el Financial Times han sido críticos con la actuación de Argentina.
Hace pocas fechas, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, hizo unas declaraciones durante la inauguración de la refinería de la compañía en Cartagena en las que dijo que “los gobiernos van y vienen, pero las responsabilidades quedan", y agregó: "el camino es largo y ya nos veremos en él", en referencia al Ejecutivo argentino.
Tiene toda la razón del mundo: los gobiernos van y vienen porque en determinados países –y Argentina es uno de ellos– cada cierto tiempo se realizan elecciones en las que los ciudadanos pueden libremente votar entre las opciones que se les presentan. En el caso de Argentina, Cristina Fernández fue una de ellas y ganó por una amplia mayoría, le guste a Brufau o no.
Ésta es, probablemente, una gran diferencia frente al gobierno corporativo en el que, si bien es cierto que anualmente hay Juntas Generales y cada cierto tiempo se reeligen a los cargos, todos sabemos que es una actuación más cercana a la democracia orgánica que a la democracia real.
Parafraseando a Brufau, los presidentes de las compañías van y vienen, y sus responsabilidades quedarán, generalmente en perjuicio de la compañía y de sus accionistas –en especial, los minoritarios–, que no han tenido opción a la hora de elegir al presidente.
¿Expolio?
La expropiación de las acciones de YPF en manos de Repsol es, probablemente, y como dice la mayor parte de la prensa española, un expolio. Pero los recursos naturales de un país son del país, con independencia del operador que los explota. Esto es así en todos y cada uno de los países que tienen la gran oportunidad y la gran suerte de tener recursos naturales.
Los mismos argumentos que utilizó Brufau para defender a Repsol frente a la toma de posición accionarial de Pemex hace escasamente seis meses, los puede utilizar la Sra. Fernández para defender su actuación. En aquel momento, Brufau aludió a la necesaria españolidad de Repsol frente al supuesto acoso de Pemex.
No hay un solo caso en donde una empresa se haya enfrentado al Gobierno o al Estado y haya salido victoriosa sin el apoyo de fuerzas externas.
“Los países deben justificar sus decisiones y vivir con ellas”. Esa frase fue la más diplomática y probablemente la única de Hillary Clinton refiriéndose a la expropiación. Pero también las empresas deben justificar sus decisiones y vivir con ellas. Brufau ha pecado de prepotencia, basando su defensa en un Gobierno que, a su vez, la basaba en el ‘primo de Zumosol’: la Unión Europea y el ‘primo’ americano. Pero ya se sabe que no siempre las familias están tan unidas y que cada uno de sus componentes tiene sus propios intereses.
La gestión de Repsol en Argentina probablemente es más que discutible, no sólo por el Gobierno argentino y sus políticas populistas, sino también por analistas independientes que no entienden cómo, a pesar de los nuevos descubrimientos como Vaca Muerta u otros yacimientos, Brufau prometió a Cristina Fernández el autoabastecimiento y, sin embargo, Argentina tuvo que importar el 20% de su consumo.
Una gestión cuestionable
Los accionistas de Repsol –La Caixa, Pemex y Sacyr–, deberían seriamente revisar la gestión del actual equipo de Gobierno y analizar si, de verdad, la gestión de YPF y de la actual crisis por parte del equipo de gestión de Brufau, ha sido lo más eficaz posible y, sinceramente, da la impresión de que no ha sido así.
Lo ocurrido en Repsol debe ser una lección para otras grandes compañías multinacionales españolas que no ha sabido adoptar sus formas de Gobierno Corporativo a los nuevos requerimientos derivados de su posición de empresas multinacionales. Algunas de las compañías amenazadas por la Sra. Fernández son acusadas permanentemente, en determinados países donde actúan, de olvidarse de los más elementales principios básicos de gestión sostenible.
Probablemente, es cierto que Argentina se haya pegado ‘un tiro en el pie’, pero no es menos cierto que la gestión de Brufau ha perjudicado los intereses de un país como España, que no anda precisamente sobrante actualmente de recursos financieros.
Es cierto, como dice Brufau, que la actuación del Gobierno argentino no debería quedar impune, pero tampoco debería quedar impune la mala gestión de la compañía y de la crisis.
Sus accionistas deberían tomar buena nota de ello.