Johnnie Rojo escribió:Mire yo soy un convencido que para ganar en esto no hacen falta conocimientos académicos, sino información, autoconocimiento y disciplina. Vinimos a ganar dinero, nosotros decidimos cuanto ganar y cuanto perder. Nadie más........Por eso es vital no trasladar los errores que uno comete en su vida personal a su cuenta comitente y viceversa........... Usted no se compra nada con el puntaje de un video juego pero quiere estar en el Record score........ Pienso que operar en bolsa también es tarapéutico porque si aprendemos a cortar la pérdida sin demora y sin piedad, y a dominar (dominar, no eliminar) la codicia para aprovechar las ganacias y salir siempre ganadores, inevitablemente eso se traslada a nuestras decisiones en la vida cotidiana...... Cuando domine mis emociones veré que mi cuenta comitente crece sin parar y no me interesará y al mismo tiempo esa seguridad sobre mí mismo me permitirá tomar las decisiones correctas en mi vida personal sin dudarlo y sin arrepentirme.
Lo mío vá más allá del vil metal.

Muy buen comentario, Johnnie.
Autocontrol es algo que en FOREX (mercado de divisas) aprendés a los golpes y de manera rabiosa. Si no te controlás...perdés todo en un ratito. Recomiendo invertir un par de dólares en esta herramienta (no más del 5% del capital total), a manera de aprendizaje intensivo de AUTOCONTROL.
Y lo que Ud. muy bien señala, es la gran diferencia entre TIMBEAR en la bolsa o INVERTIR en la bolsa:
- El TIMBERO apuesta SOLAMENTE POR INTUICIÓN y el 100% de las veces lo pierde todo, arrastrando a su familia en esa apuesta. No soporta cortar las pérdidas a tiempo y por no dar el brazo a torcer, deja que el precio se lleve su inversión. Generalmente redobla la apuesta de una inversión equivocada en una martingala eterna, sin pensar que fue errada desde el principio. Para los que tienen patologías lúdicas, la bolsa es un VENENO MORTAL. Hay que alejarlos URGENTE de allí.
- EL INVERSOR en cambio, antes de sacar un morlaco de su bolsillo estudia las variables macro y micro, analiza los balances de las empresas según el contexto en el que se están desarrollando, las perspectivas y espectativas a corto, mediano y largo plazo de acuerdo a su situación de mercado, utilizando para ello su INTELIGENCIA, ESPÍRITU DE SUPERACIÓN, INTUICIÓN, INFORMACIÓN, CODICIA, EXPERIENCIA, AUTOCONTROL, etc.
Además, el INVERSOR tiene una característica única: TODOS LOS DÍAS SE SUPERA, tratando empeñosamente de incorporar conocimientos que le eran muy ajenos a su formación intelectual, pero que sabe necesarios como el agua para tener un buen desempeño en sus inversiones. Materias como computación, matemáticas, economía política, política económica, análisis contables, chartismo, ondas elliot, algoritmos, pisos y niveles de resistencia, fibonacci, medias móviles, canales de precio, etc., etc., etc., son incorporadas lentamente por cualquiera que se precie de tal, aún sin tener más formación educativa que una escuela primaria. Lo he visto a menudo.
Y como si esto fuera poco, este inversor debe tener la sensibilidad suficiente como para combinar todos esos nuevos conocimientos con su EXPERIENCIA DE VIDA, que se transforma en consejera insuperable a la hora de invertir, tratando de retrotraerse a HECHOS PASADOS que aún retiene en su memoria, e intentando la difícil tarea de compararlos sabiamente con la ACTUALIDAD, para tratar de ANTICIPAR HECHOS FUTUROS, con el objetivo de obtener ganancias o resguardar su capital de las pérdidas.
Y ESA COMPLEJÍSIMA ESTRUCTURA COMBINADA DE INFORMACIÓN, QUE INTENTAREMOS CONVERTIR EN UNA REDITUABLE INVERSIÓN, NO LA ENSEÑAN EN NINGUNA FACULTAD DEL PLANETA.