Mensajepor rojo » Mar Oct 09, 2012 12:15 pm
Las distribuidoras de gas comenzaron a postergar pagos a petroleras
La mayoría de las distribuidoras paga con demoras de hasta 90 días las facturas de gas a productores. A raíz del encarecimiento de los costos laborales y de insumos derivados del acero, las empresas afrontan serios inconvenientes de caja.
Todos los inviernos, desde los albores del kirchnerismo, las distribuidoras –y también las productoras– de gas quedan envueltas en una situación paradójica: justo en el período en el que más volumen venden, menos ingresos reciben. Sucede que durante los meses de frío, las empresas deben cubrir la demanda prioritaria de gas –la de los usuarios residenciales– que se acrecienta entre mayo y septiembre por las bajas temperaturas.
El cuadro tarifario, prácticamente congelado desde 2002, establece que el fluido que pagan los domiciliarios ronda los u$s 0,70 dólares por millón de BTU, el escalón más bajo del esquema de precios de gas natural. De ahí que sea en invierno cuando las empresas menos dinero perciben por la venta del hidrocarburo.
La caída de la facturación provocó serios inconvenientes financieros para los jugadores del negocio de distribución. Gas Natural Fenosa –la segunda compañía del sector, encargada del suministro en el Gran Buenos Aires– dilató los pagos a los productores de gas entre junio y agosto por la falta de caja. Hasta la expropiación de las acciones de Repsol en YPF, la empresa de capitales españoles y argentinos –en 2008, el grupo Chemo, de la familia Sigman, compró un 20% del paquete accionario– se financiaba con préstamos a corto plazo de los bancos locales. Pero a partir de la renacionalización, a las distribuidoras se les cerraron las puertas para solventar su déficit operativo con financiamiento bancario, confirmaron a este medio desde dos empresas gasíferas.
Frente a esa situación, la empresa convino con los productores a los que les compra el fluido –entre los que figuran YPF, Total y Pan American Energy (PAE), los grandes players de la industria– que no pagaría la factura de gas entre junio y agosto. “Accedió a pagarnos una tasa de interés de entre un 8 y un 12%, que era lo que abonaba a los bancos”, explicaron desde una petrolera. “Pero ya a finales de agosto se puso al día”, agregaron.
La situación del resto de las distribuidoras –Gas BAN fue la única que logró recomponer parcialmente el valor de las tarifas residenciales, con una suba del 14% en 2007– es similar: mientras que lo que recaudan por facturación se mantuvo casi invariante desde 2003, los costos de operación y mantenimiento se han duplicado o hasta triplicado. “El costo de insumos estratégicos, derivados del acero, se ha triplicado en la última década, y el peso de la mano de obra también ha aumentado en más del 200%”, lamentó un directivo del sector.
Con retraso
La fragilidad de las cuentas de las compañías –entre las que también se destacan Metrogas (que está intervenida por el Gobierno por entrar en cesación de pagos), Camuzzi, Ecogas, Gasnor y Distribuidora de Gas del Centro– provocó que la factura con los productores se cancele con una demora de hasta 60 y 90 días. Incluso, la mayoría de las distribuidoras pagan un 50% de la factura a 30 días y el resto lo liquidan uno o dos meses más tarde.
La firma Gas NEA –que provee el fluido en Entre Ríos, Chaco, Formosa, Misiones y Corrientes– es la que atraviesa una situación más límite: entró en julio en concurso preventivo y desde octubre del año pasado no paga las facturas que le envían los productores. “En septiembre empezó a pagar algunas boletas tras iniciar el concurso, pero su panorama es complicadísimo”, advirtieron en el sector.
Camuzzi Gas Pampeana –que opera en La Pampa y en el interior de Buenos Aires– es otra de las distribuidoras con serios inconvenientes financieros: perdió $30,5 millones en el primer semestre y afronta con delay los pagos a proveedores como TGS, TGN e YPF. ›|‹
Decisiones a tomar
En el sector esperan que antes de fin de año el Gobierno ofrezca señales sobre cuál será el destino del negocio de distribución de gas. Apremiadas por déficit operativos cada vez más significativos, las empresas visualizan dos salidas posibles: un incremento tarifario, que piden desde hace años, aunque creen que es difícil que una medida de ese tipo cuente con el apoyo del viceministro de Economía, Axel Kicillof, hombre fuerte del sector energético. O que el Estado participe más activamente del negocio y se encargue de cubrir con aportes de capital los rojos de las compañías, tal como sucede en el caso de algunas eléctricas. Como sea, en cualquiera de los escenarios ninguna de las compañías avizora un futuro auspicioso.