verdolaga escribió:Me han sorprendido en los últimos días los comentarios de algunas personas muy cercanas o que simpatizan con este gobierno. Primero fue el filósofo José Pablo Feinmann en su reportaje en La Nación, y luego la Sra. Carlotto reconociendo que según la Justicia los hijos de Ernestina no son de desaparecidos, las declaraciones de Zaffaroni sobre la ley antiterrorista o el análisis sobre los multimedios que hace Verbistky en un reportaje de Perfil.
En primer lugar buscan otros medios donde decir estas cosas porque parece que en los medios oficialistas estos dichos no tienen cabida. Y me parece que, de alguna manera, éstas que se consideran entre las cabezas más inteligentes del entorno oficial están avisando que la guerra contra los medios no oficiales y críticos de la gestión no debe llevarse a fondo porque pone en riesgo todo lo logrado. Lo cierto es que ¿vale la pena silenciar a toda voz crítica para asegurar el triunfo de las ideas propias? ¿En qué se diferenciaría un gobierno civil de una dictadura militar en estas condiciones?
Recordemos que el peronismo suele mimetizar Gobierno y Estado. El problema es que cuando se agota su tiempo (fenómeno cíclico, claro) arrastran consigo a toda la sociedad.
Un mínimo de criterio a la hora de sancionar leyes y gobernar se hace necesario para que el pueblo no sufra a futuro las consecuencias de los errores que no se quieren reconocer. Por caso, los dichos de Domínguez diciendo que no le importa que el Congreso sea una "escribanía" me ha hecho perder el buen concepto que tenía de este Diputado.
Que tengan buen día.
Lo de la Nonna Carlotto no tiene desperdicio. Desde su Pyme se dedicó estos años a acosar sistemáticamente a los dos pendejos adoptados por la Noble, a quién una y otra vez tildaba de "apropiadora". Ahora, como si nada y luego de la persecución pergeñada (protegida por la Vaca sagrada de los DDHH y todas las paparruchadas moralmente "irreprochable") se sale con que el tema sse terminó y chau pinela.
Vamos a terminar agradeciendo a los K, porque gracias a El y a Ella, con sus manejos arbitrarios, espurios e interesados que hicieron con los DDHH y todas las fantochadas que vimos estos años (Insomnios compartidos, el aplausómetro, etc.), merced a todas estas canalladas, la Vaca Sagrada va a terminar más manchada que la pelota de Resfrío Boliviano.
Los K han banalizado como nadie los DDHH. Otro logro y una Vaca Sagrada menos.