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Lo que se dice en las mesas
Semana verde, y no precisamente por la ecología, en las mesas de dinero locales. De lo único que se hablaba era del dólar y de las intervenciones del Banco Central y de las entidades oficiales en la plaza para contener la demanda existente. Y ayer volvieron a sonar teléfonos con una llamada que no sorprendió: funcionarios del Banco Central requiriendo datos sobre las operaciones que se estaban cursando en la plaza cambiaria. El efecto que tuvieron esos llamados fue el clásico: aumentó el volumen en el mercado paralelo. Por ello es que puede explicarse fácilmente el alza que tuvo el «contado con liqui», el artilugio que se utiliza para girar dólares al exterior eludiendo los controles del BCRA. Grandes jugadores, empresas entre ellas, claro, optaron por pasar a la clandestinidad ante el escrutinio oficial. Entre tanta conversación «ecológica», trascendió un dato: el ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Arlía, está en Washington. Ayer se reunió con el presidente del BID, Luis Moreno. La misión: conseguir más fondos complementarios (de lo que haga la Nación, claro) para obra pública. Se vienen meses de viajes oficiales: Boudou el fin de semana a Turquía por el G-20, en 10 días comienza la cumbre anual del FMI-Banco Mundial en Washington, y después en noviembre, la reunión de presidentes del G-20 en Cannes.
El operador que se escuda con el seudónimo de «Talibán» puso más luz sobre lo que está pasando en la plaza cambiaria. «El BCRA logró por primera vez bajar el dólar a futuro y la tasa implícita pasó del 13% al 11% para el fin de septiembre», destacó. Explicó, además, lo que él denomina «Ley de los 5 días». Se basa en que transcurrida esa cantidad de días con el dólar sin variaciones, automáticamente cede la demanda de divisas de los ahorristas. Y ayer precisamente mermó esa compra «hormiga» que tanto venía mortificando a Mercedes Marcó del Pont, la titular del BCRA. Otra ley del «Talibán»: cada vez que la Badlar (tasa de los grandes plazos fijos) está por debajo de la de los futuros en Nueva York (los NDF), entonces es muy alta la salida de capitales. Esta semana la Badlar estuvo en un 12,5% y la tasa del NDF, en un 16,5%, con lo que estaba asegurada la presión cambiaria. Los escenarios del «Talibán» a la situación actual: 1) se emiten señales claras de que el tipo de cambio no sufre variaciones después de las elecciones y luego se lanza un plan creíble de inflación y paritarias; 2) se sube la tasa badlar al 14% o 15%, «lo que obraría maravillas» ya que automáticamente cesa la demanda de dólares y 3) no hacen nada y en febrero se ven obligados a un salto del tipo de cambio. Este último escenario es muy poco probable, pero sirve para mostrar que mantener el «statu quo» actual tiene consecuencias de mediano plazo.
Temprano, antes del cierre de operaciones, llegó ayer el mail del «Oso» con su visión del mundo financiero. El oráculo de este ejecutivo de banca privada que se escuda con ese seudónimo está más concurrido desde la debacle reciente de Europa y EE.UU. Dice lo siguiente: «1) en 2008 la crisis fue provocada por los créditos subprime de hipotecas que a su vez fueron empaquetadas y vendidas por los bancos a todo el sistema financiero mundial; en 2011 el problema es la deuda soberana de varios países europeos y el stock que tienen sus bancos de estos bonos; 2) en 2008 veníamos con un ritmo de crecimiento sostenido en el mundo en general y en 2011 las expectativas de crecimiento son bajas o nulas; 3) puedo seguir haciendo comparaciones y lo único que en mi opinión es tranquilizador son la liquidez y capitalización y el menor apalancamiento que tiene hoy el sistema financiero norteamericano pero no así el europeo; 4) hace dos semanas que el BCE no para de comprar bonos de España e Italia, pero sus bonos corporativos y en particular la de sus bancos están con tasas por las nubes; es decir que no hay plata para todos; 5) hay que seguir sumando a las carteras oro y plata y si se animan empresas mineras que seguramente van a participar de la suba de estos metales (Newmont, Freeport, Barrick Gold, Xtrata, Glencore); 6) hace una semana anticipé a que la tasa de 10 años en EE.UU. iba al 1,90% y ahora creo que iremos al 1,70%; 7) sigo apostando a la caída del euro; hace 1 semana estaba en 1,45; ahora, debajo de 1,40; el objetivo de mediano plazo es 1,30;

Los bonos en dólares se mantienen claramente entre los preferidos de los inversores locales y son los que mejor resisten la turbulencia de los mercados. Los favoritos son los que están en el tramo medio de la curva, con vencimientos entre 2015 y 2017. Son por estos días más requeridos que los cupones PBI, dado que aún no está claro cuál será el impacto en la actividad económica por la crisis que sufre el mundo desarrollado. Por lo pronto, en Brasil la devaluación del real no iría mucho más allá de lo que se vio hasta ahora. Una encuesta entre operadores mostró que la expectativa es que el dólar cierre en 1,60 a fin de año y 1,65 a fin de 2012, o sea que el tipo de cambio se mantendría en niveles similares a los actuales.
Aunque los papeles en pesos no gozan ahora de la confianza del mercado porque no está claro hacia dónde va el tipo de cambio, aparecen opciones que resultan atractivas. Las empresas están colocando fideicomisos y Valores de Corto Plazo (que son como obligaciones negociables, pero con plazos que no exceden un año) con tasas adicionales de 300 a 500 puntos sobre Badlar. Representan rendimientos de entre un 17% y un 18% a un año en pesos, con lo que el colchón para amortiguar un incremento del tipo de cambio es bien significativo. En general, se trata de productos que compran inversores institucionales, pero que en las casas de Bolsa también ofrecen como opción para el público que busca alguna alternativa distinta al dólar.