
Hablando de felicidad, les cuento una pequeña anécdota de ayer a la noche. Un pequeño gesto, nos puede hacer muy feliz.
Mi señora fue a la terminal de ómnibus para sacarle un pasaje a nuestra hija y al regresar me comenta que había allí un joven ricotero de Olavarría con frío, pues todo su abrigo era una camiseta de Ríver, ya que había perdido su bolso con la ropa y la entrada al bajarse del micro en el autódromo, debido al fuerte viento y con el gran gentío, no lo pudo recuperar y se volvió.
Aunque soy hincha casi fanático de Boca, le regalé una campera de tela polar casi flamante y unos pesos para un sandwich y un café caliente (que no quería aceptar en primera instancia). Agradecido, decía "viste que queda gente buena todavía".
