Duro castigo a los bonos en pesos
El ruido internacional puede más que los buenos indicadores de actividad locales, que no aflojan.
PorEduardo Cardenal
Ecardenal@clarin.com
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Los títulos locales de renta fija volvieron a mostrar caídas frente a un contexto externo que continúa generando muchas dudas. Esta semana las cosas se complicaron más aún en el mundo desarrollado, por obra y gracia de las calificadoras de riesgo. La reacción de los inversores fue refugiarse en el oro, el dólar y el franco suizo.
En el plano local, fuentes oficiales reconocieron haber enviado estos días al Club de París una propuesta informal de refinanciamiento que sería tratada por los países acreedores durante esta semana. Si bien es raro que el Club de París acepte continuar las negociaciones sin la participación del FMI, los funcionarios consideran que su propuesta de incluir un plazo de pago de 5 años es bastante tentadora, más aún cuando estos acreedores se ven desbordados por la propia situación europea y cerrar el frente argentino reduciría la tensión. No obstante estos trascendidos, y la abundante liquidez que hay en el sistema financiero local, no es de extrañar que con tanto mar de fondo internacional los títulos de deuda argentinos hayan operado con flojedad. Los más castigados son los títulos en pesos, más complicados que los demás por ser los títulos con mayor dependencia de la discrecionalidad política.
En efecto, los bonos cortos se han abaratado tanto que el rendimiento que ofrecen a quienes los adquieren para mantener “a finish” ha venido creciendo hasta el 9% anual por encima del índice CER, que no hace otra cosa que reproducir en forma diaria el IPC que publica el INDEC.
Ese 9% anual de sobreajuste parece recompensar razonablemente bien la diferencia entre lo que muchos perciben como inflación verdadera y la que publica el Gobierno. Con lo que, se supone, la rentabilidad que ofrecen estos bonos permite, cubrirse de la inflación verdadera.
Así y todo, los consultores financieros no se sienten del todo cómodos recomendando estos activos, que al haber caído tanto de precio podrían ser una oportunidad de compra, al menos para diversificar carteras.
En rigor, ninguno compite en simpatía con las unidades atadas al PBI, que siguen siendo las favoritas de los operadores financieros locales.
En definitiva, lo más razonable sigue siendo un mix bien diversificado,
dándole especial cabida en la cartera a las unidades vinculadas al PBI, el AE14 ajustable por Badlar, una buena ponderación en los títulos en dólares RO15 y algún activo ajustable por CER, como es del caso del PRE9 o del PR12.