Mensajepor atrevido » Mié Abr 06, 2011 9:01 pm
Cronista
LA DEPRECIACIÓN IMPLÍCITA EN LOS FUTUROS A UN AÑO EN NUEVA YORK PASÓ DE MENOS DE 10% EN ENERO AL 14%
Dólar electoral: las presidenciales ya se cuelan en las expectativas sobre el tipo de cambio
06-04-11 00:00 Si bien descuentan un fuerte ingreso de divisas por las liquidaciones del agro, los comicios sumarán incertidumbre e impulsarán a elegir el billete como refugio. Lo ven a $ 4,20 en la previa de las elecciones
IGNACIO OLIVERA DOLL Buenos Aires
El mercado local ya empezó a incorporar en sus expectativas la presión que podrían provocar las elecciones presidenciales sobre el tipo de cambio. Los futuros de la divisa que se pactan en Nueva York ya tienen implícita una devaluación que se acerca al 14% anual y revelan que, más allá del buen ingreso de divisas que se descuenta en los próximos meses por las liquidaciones del agro, el proceso previo a los comicios de octubre sumará incertidumbre e impulsará a muchos ahorristas a elegir el billete como refugio.
El efecto aparece más difícil de percibir en el tipo de cambio oficial, tanto por el aumento de los controles en el mercado cambiario como por las fuertes intervenciones del Banco Central. Pero se distinguen algunas señales que, a juzgar por los analistas, ya muestran que los inversores no están dispuestos a desprenderse de sus divisas al precio que hoy Marcó del Pont busca ponerle al dólar.
Algunos ejemplos. El contado con liqui sostiene por estos tiempos una racha con pocos antecedentes en el mercado local: este tipo de cambio que queda implícito en los arbitrajes que hacen los inversores entre títulos locales y sus similares en el exterior lleva ya dos meses enteros en los $ 4,21, con un margen de entre el 4% y el 5% a lo largo de todo este tiempo. Es difícil encontrar en el tiempo una brecha tan grande sostenida como la que estuvimos viendo entre este dólar financiero y el oficial. El fenómeno está asociado al endurecimiento de los controles sobre el mercado informal, pero muestra también que, al precio actual, los tenedores de dólares no están dispuestos a liquidar sus billetes en el mercado local, precisó ante este diario el economista de Quantum Finanzas, José Echagüe.
Un dato que destacan en sus informes es el tibio efecto que provocó el último pago del Bonar V en la plaza local.
Los tenedores de ese título recibieron en conjunto el 28 de marzo pasado unos u$s 1.500 millones, que equivalen al monto que ingresa mensualmente al país por las exportacione de cereales y oleaginosas (un tercio de todas las ventas argentinas al exterior). Pero el volumen diario en el mercado prácticamente no se inmutó. Y el Central, que venía comprando cerca de u$s 100 millones por jornada para elevar centavo a centavo el tipo de cambio, pudo reducir desde el 28 de marzo sus intervenciones a la mitad. Ayer, por caso, le alcanzaron apenas u$s 50 millones para evitar que la divisa se deslizara por debajo de los $ 4,052.
El tipo de cambio implícito en activos financieros se está comportando de manera totalmente ajena a las condiciones de liquidez en dólares de la plaza local. La inyección de casi u$s 1500 millones en concepto de cancelación del Bonar V prácticamente no ha afectado la cotización del tipo de cambio financiero, consideró Echagüe.
En Bein & Asociados debieron corregir por estos días su estimación del dólar para octubre desde los $ 4,15 a los $ 4,18. Creemos que, previo a las elecciones, el Gobierno va a maximizar el uso del ancla cambiaria, y que no va a priorizar la competitividad sino el poder de compra del salario en dólares, comentó la analista Marina dal Poggetto. Pero estimó que, pasadas las elecciones, habrá que esperar un ajuste más fuerte en el tipo de cambio: La economía no te da margen para otro año con una suba del 20% en los salarios en dólares, a menos que la soja valga más, agregó.
Tanto los inversores como los analistas descuentan que la depreciación más fuerte llegará después de las elecciones. Eso se ve en que, hoy, la devaluación implícita en el contrato del dólar a 6 meses que se pacta en nueva York es de apenas un 8% anual (ver infografía), casi la mitad de la que tiene el contrato a un año.
Esa brecha es reflejo del costo político que, suponen los inversores, puede tener para el Gobierno una devaluación. En el esfuerzo por domar la inflación y mejorar el poder de compra de los salarios, el BCRA absorbe desde principios de año $ 1.000 millones por semana. En la licitación de ayer, por caso, retiró $ 757 millones.