Mensajepor All Ramon » Mar Mar 23, 2010 11:33 am
Este articulo es del Saxo Bank , como para tener en cuenta
La aceleración de la inflación en la Argentina podría terminar frenando la recuperación de su PIB
22 Mar 2010 • Economia & Regiones
Más allá de lo que indican las estadísticas oficiales, la recesión argentina de 2009 habría forjado una merma en el nivel de actividad en torno al 3,4% anual. Ahora bien, la reactivación económica mundial y de los niveles de cosecha en el plano local, inducirían una entrada neta de capitales capaz de generar un sostenido rebote del nivel de actividad durante 2010.
No obstante, a diferencia de lo ocurrido en otros períodos de bonanza, la recuperación económica argentina se desarrollaría en un contexto de elevada inflación y deterioro de las finanzas públicas Provinciales y Nacionales: la inflación minorista se ubicará por encima del 22% anual con un marcado incremento del precio de los alimentos, en tanto que el déficit fiscal primario Nacional alcanzará aproximadamente los 7.300 millones de pesos (más de 0,5% del PIB).
Concretamente el Gobierno mantendrá su política expansiva de gasto haciendo crecer la erogaciones un 29% aproximadamente (muy por encima de los recursos totales que se expandirían un 23% e incluso del PIB nominal), con el objetivo de estimular la expansión del producto y del empleo. En otras palabras, según lo expuesto hasta aquí, el rebote del PIB sería la contracara de la expansión del consumo público junto con una significativa mejora del sector externo y el efecto derrame de ambos.
Ahora bien, una inflación acelerándose sucesivamente y alcanzando niveles superiores al 23% - 24% anual impone una fuerte restricción a la recuperación del nivel de actividad.
Por un lado, la inflación erosiona la competitividad-precio que otorga el tipo de cambio depreciado; Si el tipo de cambio real tiende a apreciarse, los bienes (e insumos) nacionales se tornan más caros en relación a sus pares importados.
Es decir, los sectores sustituidores de importaciones o aquellos que compiten con productos potencialmente importables (bienes transables) pierden competitividad y su producción termina enfriándose, junto con su demanda de empleo, insumos y servicios vinculados.
En efecto, el tipo de cambio real depreciado ha sido uno de los pilares fundamentales de modelo económico actual, que además de brindar protección a los sectores productores locales, incentivaba la producción de exportaciones e incrementaba los ingresos del sector público nacional mediante el cobro de retenciones a las exportaciones.
Sin embargo, como muestra el gráfico siguiente, luego de la aceleración inflacionaria del 2006-2007, el tipo de cambio real se apreció significativamente hasta septiembre de 2008; mes en el cual la tendencia se revierte y el peso se deprecia nuevamente contra el dólar producto del encarecimiento de este último respecto de todas las monedas del mundo como consecuencia de la crisis internacional.
Finalmente, a partir de marzo de 2009, el tipo de cambio real argentino vuelve a apreciarse a lo largo del año hasta ubicarse un 4,9% más caro en Diciembre de 2009 respecto del mismo mes de 2008.
En este marco, profundizando esta última tendencia esperamos una depreciación nominal del tipo de cambio en torno al 10,3% (alcanzando los 4,20 pesos por dólar), pero que con un incremento de los precios cercana al 23,5%, el tipo de cambio real presentaría una apreciación promedio del 11,3% en el 2010 respecto de 2009.
Por otro lado, además de erosionarse la oferta vía apreciación del tipo de cambio real, la inflación perjudica la performance de la demanda al desgastar el poder de compra de los salarios. En efecto, con la recuperación de la economía a partir del segundo semestre de 2009 y la moderación de la inflación durante la primera mitad de ese año, el salario real se incrementó un 2,4% en 2009 respecto del año anterior. No obstante, con un aumento de salarios cercano al 16% durante el 2010 esperamos una merma del salario real en torno al 3%.
En síntesis, como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia argentina, la aceleración de la inflación podría terminar frenando la recuperación del producto. Tanto la apreciación del tipo de cambio real como la caída del poder adquisitivo del salario perjudicarán a la oferta y a la demanda (respectivamente), arremetiendo contra el crecimiento económico.
El Nivel de Actividad Económica en el Cuarto Trimestre de 2009
Durante el cuarto trimestre del año, la economía argentina exhibió un rebote significativo del 2,6% respecto a igual período de 2008, según la estimación del INDEC. Sin embargo, la estimación provisoria del PIB acumulada un leve aumento del 0,9% para todo el 2009, evidenciando claros signos de desaceleración económica.
Analizando la evolución del producto (a precios constantes) por el lado de la Demanda y Oferta Global se observa que el Consumo Privado se expandió un 2,9% en relación al cuarto trimestre de 2008, manifestando una fuerte mejora en el principal motor de la economía argentina, que actualmente representa el 65% de producto.
En tanto que el Consumo del Sector Público, mostró un incremento anual del 7,7%, superior al ritmo de expansión de igual trimestre de 2008 (6,9%). En efecto, el gasto público parece ser la única variable que no muestra caídas, dada la intención del gobierno de mantener sus políticas fiscales expansivas y amortiguar la caída de la absorción interna privada.
De este modo, durante todo 2009, el consumo privado y público acumulan un incremento del 0,5% y del 7,2% respectivamente. Por su parte, la Inversión Bruta Interna Fija se redujo un 3,4% durante el cuarto trimestre de 2009, luego de mostrar una merma anual del 12,7% durante el trimestre inmediato anterior.
Así, la IBIF representa aproximadamente el 21% del PIB y presenta una caída acumulada del 10,2% durante todo el 2009. Dentro de la Inversión en Equipo Durable de Producción (-6,6% a/a), sobresale la caída del componente importado, cuya tasa de decrecimiento en el cuarto trimestre del año (-6,8%) superó el registro del componente de origen nacional, cuya reducción alcanzó un 6,4%.
De este modo, la inversión en equipo durable presentó una merma interanual del 6,6% en términos agregados, a pesar de haber acumulado una merma del 18,7% en todo 2009.
En tanto que la inversión en construcción -que absorbe el 61% de la IBIF total- presentó una caída del 1,2%, mostrando claros signos de recesión, si se considera que la inversión en construcción es uno de los componentes más elásticos al nivel de actividad y que presenta variaciones interanuales negativas por cinco trimestres consecutivos.
De este modo, le inversión en construcción acumula una caía del 3,6 en todo el 2009. La buena performance que había mostrado la inversión en los últimos años llevó a que su participación en el PIB se haya recuperado hasta superar los niveles previos a la crisis iniciada en el segundo semestre de 1998. No obstante, el actual contexto de incertidumbre y aceleración de la inflación, desalientan la evolución de la inversión, en tanto que se reduce el horizonte de predecibilidad.
Las Exportaciones de bienes y servicios registraron una leve recuperación interanual del 2,5% en el cuarto trimestre de 2009, como consecuencia directa de la recuperación del precio de los commodities durante ese período, dado que el mercado corrigió la reducción que había mostrado durante el trimestre inmediato anterior.
Por su parte, las importaciones de bienes y servicios –totalmente sensibles al nivel de actividad- cayeron un 4,1% aproximadamente, respecto del mismo período del año pasado, impulsadas por la merma de compras de bienes de consumo y -sobre todo- de capital.
Si se considera la evolución del sector externo a lo largo de todo el año, se observa una significativa mermar tanto en las exportaciones como en las importaciones que acumulan reducciones del 6,4% y del 19% respectivamente.
En síntesis, la paulatina recuperación del nivel de actividad viene de la mano del consumo, en un contexto de reducción de la inversión. Este escenario anticipa una salida de la crisis lenta y agrega una luz amarilla a las presiones inflacionarias en el corto y mediano plazo.
A su vez, una economía saliendo de la recesión mediante el consumo (como variable motora) junto con una inversión en plena caída, imponen un techo para la generación de empleo.