Mensajepor Aleajacta » Jue Feb 04, 2010 1:38 pm
Anoche vi en tv algo de Redrado. Dijo que "ningún economista serio" plantea un peso fuerte porque eso traería déficit fiscal y comercial. Y por lo tanto insostenibilidad de la deuda. (En el tópic de UVPs puse las identidades de agregados que sugieren lo mismo, pese a no ser economista serio).
Siguiendo esta lógica, deshacerse de las reservas es, además de necesidad fiscal y/o conveniencia electoral, esperar que el peso lo devalúe el mercado (Chile crea fondos, Brasil hace inversiones en el exterior, India compra oro, China compra T-Bonds).
Pero el juego es peligroso porque estos tiempos no son aquellos de cuando se pagó al FMI. No hay colchón devaluatorio, ni economía externa pujante, ni capacidad ociosa, ni luna de miel política, ni confianza en el futuro, ni inflación contenida, ni el etcétera personal.
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Un panorama global. En el semanario The Economist figuran cifras de 42 países. Pongo el ranking de Argentina en cada uno (número más alto es siempre peor):
Crecimiento PBI 2009: 9º
Ídem 2010 (estimado por The Economist): 20º
Producción Industrial: 6º
Precios al consumidor: 37º
Desempleo: 28º
Balanza comercial de bienes en USD (últimos doce meses): 17º
Balanza de cuenta corriente en USD (últimos doce meses): 17º
Balanza comercial 2009 / PBI 2009: 15º
Balance fiscal 2009 / PBI 2009: 4º (de los 42 países solo Noruega tuvo superávit fiscal en 2009).
SI no supiera nada más de Argentina, compraría bonos de Argentina por las tasas que paga y estos números.
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Expectativas:
Corto plazo, bonos en pesos bajan más que bonos en dólares (esto no parece pronóstico: lo venimos viendo).
Mediano plazo, recuperando la caída y luego estable, en la nueva proporción de tipo de cambio aplicada a los bonos pesos y dólares.
Largo plazo (último trimestre de 2010), ni idea.
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Una duda: la tasa de caución bursátil está más baja que fin de noviembre y que fin de diciembre. De hecho, está como fin de octubre, que fue buen mes para los bonos. No tengo buena explicación para esto (la única que se me ocurre es que los prestamistas no saben qué hacer con su dinero).